MADRID 23 Mar. (EUROPA PRESS) -
Cerca de 1.900 milicianos rebeldes y sus familias que han abandonado recientemente Ghuta Oriental se han trasladado a la provincia de Idlib, según ha contado el Ministerio de Defensa ruso, que supervisa el proceso de evacuación de personas en este enclave de la periferia de Damasco.
"El 22 de marzo se realizó a través de un corredor humanitario la salida de 1.895 radicales y miembros de sus familias que se trasladan ahora en autobuses a la provincia de Idlib en columnas de 50 automóviles", ha afirmado en un comunicado el departamento que dirige el general Sergei Shoigu, según informa la agencia de noticias rusa Sputnik.
El Ministerio de Defensa ruso ha dicho que estas 1.895 personas eran combatientes rebeldes y sus familiares que estaban asentados en la localidad de Harasta, una de los bastiones de los grupos rebeldes en Ghuta Oriental.
La seguridad de los milicianos rebeldes ha corrido a cargo de la Policía siria bajo el control del Centro para la Reconciliación en Siria, dependiente del Ministerio de Defensa ruso, y de representantes de la Media Luna Roja siria, según ha explicado el departamento del general Shoigu.
El Ministerio de Defensa ruso ha señalado, además, que en las últimas 24 horas se firmaron quince acuerdos de adhesión al armisticio en las provincias de Deraa y Quneitra, lo que eleva a 2.452 la cifra de localidades que se ha sumado al cese de hostilidades.
Los miembros rusos de la comisión conjunta ruso-turca que controla el régimen de alto el fuego han detectado catorce tiroteos en las regiones de Latakia (cinco), Damasco (siete) y Homs (dos). Por su parte, los observadores turcos han informado de 11 infracciones del alto el fuego en las regiones de Damasco (seis), Idlib (dos), Hama (dos) y Deraa (uno).
Las fuerzas del régimen que preside Bashar al Assad mantienen desde mediados de febrero una ofensiva en la región de Ghuta Oriental que ha supuesto hacerse con el control del 70 por ciento de este territorio dominado por grupos rebeldes y que ha acabado con la vida de más de 1.500 personas, según las estimaciones del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.