Actualizado: martes, 20 octubre 2015 20:23

MOSCÚ, 20 Oct. (Reuters/EP) -

El presidente ruso, Vladimir Putin, ha asegurado este martes que Rusia ha frustrado 20 atentados de milicianos en 2015 y que ha intensificado los esfuerzos para erradicar el terrorismo en su país, casi tres semanas después de comenzar los ataques aéreos contra Estado Islámico en Siria.

El Servicio de Seguridad Federal (FSB) ha matado a 112 milicianos y arrestado a más de 560 en lo que va de 2015, 20 de los cuales están acusados de financiar y defender la creación de un califato islámico en suelo ruso. Según la Policía rusa, algunos de los arrestados habían sido entrenados en Siria por Estado Islámico.

En un encuentro en el Kremlin con autoridades militares, Putin ha sostenido que los combatientes de Estado Islámico en Siria planean desestabilizar otras regiones y están reclutando a rusos y ciudadanos de otros estados de la antigua URSS con vistas a expandir sus operaciones.

"La compleja situación internacional pide que fortalezcamos nuestro trabajo contra el terrorismo incluido dentro de nuestro país", ha advertido Putin. "Tenemos que actuar igual de enérgica y eficientemente (que en el pasado). Es vital exponer los vínculos entre los milicianos rusos y los grupos terroristas internacionales y sus patrocinadores", ha recalcado.

El Ministerio de Interior ha explicado que ha llevado a cabo una redada en 24 domicilios en la región de Moscú donde residen componentes del grupo ilegal Hizbut Tahrir. "Los miembros de la organización terrorista reclutaron nuevos seguidores, distribuyendo material religioso prohibido y recaudando fondos, entre otras cosas, para ayudar a financiar a los milicianos armados", ha aclarado en un comunicado.

Las declaraciones se producen una semana después de que el FSB informase de que había evitado una serie de ataques con explosivos en el concurrido metro de Moscú y un mes después de que los aviones rusos comenzasen la campaña militar en Siria contra Estado Islámico. La noticia ha despertado el temor a que los milicianos intenten vengarse atacando objetivos dentro de Rusia y ha reavivado los recuerdos dolorosos de los atentados en el metro de principio de los años 2000.

CALDO DE CULTIVO

El principal caldo de cultivo de milicianos islamistas en Rusia es el Cáucaso, una región del norte del país cuyos habitantes son mayoritariamente musulmanes y en la que se incluyen las repúblicas de Chechenia, Daguestán e Ingusetia, donde la insurgencia islamista está presente desde hace años.

El Kremlin ha librado dos guerras en Chechenia desde que la Unión Soviética colapsó en 1991 y ahora confía en que el líder checheno, Ramzan Kadirov, use la fuerza para mantener la paz en la región.

Rusia también ha mostrado su preocupación por la posible expansión del yihadismo en las antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central, una región considerada tradicionalmente por los expertos como "la más vulnerable" del país.

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