La larga lista de asesinatos de figuras incómodas para Putin

El presidente ruso, Vladimir Putin
Foto: SERGEI KARPUKHIN / REUTERS
  
Actualizado: sábado, 28 febrero 2015 16:11

MADRID, 28 Feb. (EDIZIONES) -

   Boris Nemtsov es el último nombre de una larga lista de políticos y periodistas críticos con el Gobierno ruso que mueren en circunstancias sospechosas o directamente acribillados por pistoleros. Anna Politkovskaya, Alexander Litvinenko o Boris Berezovski son algunos de los nombres de este listado.

   Quizás el caso más espectacular por el método del asesinato sea el de Litvinenko, fallecido en su exilio de Londres tras ser contaminado con un isótopo radiactivo, Polonio-210. Litvinenko llegó a tener el rango de teniente coronel en los servicios secretos soviéticos, la KGB, y siguió ocupando cargos de responsabilidad en el FSB, heredero de la KGB.

   Sin embargo, a finales de los 90 se enfrentó al jefe del FSB, Vladimir Putin, quien se ha convertido en el hombre fuerte de Rusia en el siglo XX. Litvinenko estaba especializado en la lucha contra la corrupción y el crimen organizado, lo que ciertamente podría haberle creado enemigos poderosos en la Rusia de los omnipotentes oligarcas, casi siempre alineados con Putin y el Kremlin.

   Para el común de los rusos el nombre de Litvinenko salió por primera vez a la luz en 1998, cuando denunció públicamente un intento de asesinato del magnate Boris Berezovski, uno de las pocas voces del mundo empresarial postsoviético enfrentados a Putin.

   Litvinenko fue enseguida detenido por abuso de su posición y pasó nueve meses en prisión para ser después absuelto, aunque le suspendieron de su cargo en el FSB. Después escribió el polémico libro 'Rusia dinamitada: Tramas secretas y terrorismo de Estado' en el que sostiene que los atentados contra bloques de viviendas de 1999 en Buinaksk, Moscú y Volgodonsk --con 293 muertos-- fueron organizados por el FSB y no por los separatistas chechenos. Estos atentados garantizaron el apoyo de la población a la segunda guerra de Chechenia.

LITVINENKO

   La situación de Litvinenko en Rusia era insostenible y obtuvo asilo en Reino Unido tras denunciar la persecución de la que era objeto. Ya en Londres, se hizo evidente su cercanía a Berezovski y su amistad con Anna Politkovskaya, una periodista. Precisamente se cree que fue envenenado con el Polonio-210 el 1 de noviembre de 2006 durante una reunión con un exagente de la KGB que le entregó información sobre la muerte de Politkovskaya.

   Los medios británicos convirtieron entonces al moribundo Litvinenko en un símbolo de la represión de la disidencia por parte del Kremlin y su fotografía en una cama de hospital, demacrado, con la tez amarillenta y sin ni un solo pelo dio la vuelta al mundo. Litvinenko falleció 24 días después.

   Las autoridades británicas abrieron una investigación por la muerte de Litvinenko que ha resultado en la petición de extradición del exagente de la KGB Andrei Lugovoi, ahora diputado en la Duma rusa, como principal sospechoso de este "asesinato de Estado". Londres asegura que ha entregado a Rusia pruebas suficientes de la implicación de Lugovoi, pero Moscú la ha rechazado y apunta a Berezovski como responsable del envenenamiento.

MATAR AL MENSAJERO

   El asesinato de Anna Politkovskaya no recuerda tanto a glamurosas tramas de espionaje de la era soviética como a una ejecución de la mafia siciliana. Politkovskaya murió de un tiro en la cabeza el 7 de octubre de 2006 en el ascensor del bloque de pisos en el que vivía, en Moscú.

   Una cámara de seguridad captó la siniestra imagen del asesino, oculto tras una gorra oscura. La investigación rusa posterior reveló que era Rustam Majmudov, condenado a cadena perpetua en junio de 2014, una pena idéntica a la impuesta a su tío, Lom Ali Gaitukayev, quien organizó el crimen.

   Entre 12 y 20 años pasarán en la cárcel Ibraguim y Dzhabrail Majmudov, hermanos del pistolero, y un tercer individuo de origen checheno. Además, el teniente coronel retirado de la Policía Dimitri Pavliuchenkov fue sentenciado a 11 años de prisión por proporcionar la pistola empleada en la ejecución.

   En un nuevo giro del guión, Pavliuchenkov acusó a Berezovski de ser quien le ordenó el asesinato de Politkovskaya, pero los familiares y activistas cercanos a la periodista rechazan esta versión y exigen saber quién ordenó realmente su muerte.

   Politkovskaya obtuvo numerosos reconocimientos por su información sobre la corrupción endémica en Rusia, pero sobre todo por los abusos que se cometían en Chechenia. Tanto las ONG como sus compañeros de 'Novaya Gazeta' han criticado a las autoridades por su falta de compromiso con el caso, que ha quedado prácticamente archivado.

BEREZOVSKI, UN OLIGARCA CAÍDO EN DESGRACIA

   En las historias de Litvinenko y Politkovskaya planea repetidamente el nombre de Alexander Berezovski, un oligarca ruso con una carrera meteórica truncada repentinamente por su enfrentamiento con Putin. Berezovski fue hallado muerto en su casa de Londres el 23 de marzo de 2013 y la investigación determinó que las pruebas eran coherentes con su ahorcamiento, aunque el juez instructor ha clasificado el veredicto como "abierto".

   Berzovski amasó su fortuna en los años inmediatamente posteriores a la caída del comunismo y se posicionó a la sombra del hombre fuerte de entonces, Boris Yeltsin. Alcanzó la cumbre de su poder en 1996, cuando fue nombrado 'número dos' del asesor de Seguridad Nacional de la Presidencia encargado de la cuestión de Chechenia.

BEREZOVSKI

   Berezovski compatibilizaba estos cargos públicos con la propiedad de grandes empresas, algunas de ellas con influencia clave, como el principal canal de televisión ruso, Pervi Kanal (Primer Canal). La emisora era pública en un 51 por ciento, pero Berezovski era su principal accionista privado. En 1997, la revista 'Forbes' estimaba su fortuna en 3.000 millones de dólares.

   Con su gran influencia, se implicó en la fundación del partido Unidad, liderado por el delfín de Yeltsin, Vladimir Putin, y fue elegido diputado en 1999. En 2000, Putin fue elegido presidente, momento en el que comenzaron a surgir las diferencias entre ambos.

   Berezovski se pasó a la oposición tras denunciar el "autoritarismo" de Putin y finalmente renunció a su escaño para autoexiliarse en Londres, donde se convirtió en la referencia de la oposición en el extranjero.

   Posteriormente fue condenado 'in absentia' por fraude y desfalco y el declive de sus empresas le llevó finalmente a la ruina. Las repetidas peticiones de extradición de Rusia a Reino Unido --que le había concedido asilo político-- se convirtieron en una constante fuente de tensión diplomática. El día anterior a su muerte declaró en una entrevista que no tenía motivos para seguir viviendo.

   En la larga lista de perseguidos también hay otros antiguos oligarcas como Mijail Jodorkovski, encarcelado en 2003 por fraude y evasión fiscal y condenado dos veces por delitos financieros, cargos de los que se declaró inocente. Tras su arresto, su petrolera, Yukos, fue troceada y vendida a diversos postores, principalmente la petrolera estatal Rosneft.

   La oposición al Kremlin afirma que el magnate se enfrentó a Putin al financiar a partidos de la oposición, denunciar corruptelas y presentarse como un ejecutivo al estilo occidental. Finalmente fue sido puesto en libertad en virtud de una amnistía del presidente Vladimir Putin y ahora también vive fuera del país.

   Mientras, otros activistas anónimos que denuncian abusos de los Derechos Humanos sufren la persecución del aparato de seguridad, que les acusa de delitos como incitación al odio, y se prohíbe cualquier manifestación, cuando no directamente los antidisturbios superan ampliamente en número a los manifestantes.

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