BEIRUT/MOSCÚ, 20 (Reuters/EP)
Rusia y las Unidades de Protección Popular (YPG) han llegado a un acuerdo por el cual el Kremlin podrá instalar una base militar en el territorio que controlan los kurdos sirios a cambio de que les entrene para ayudar en su lucha contra los terroristas del Estado Islámico.
El portavoz de las YPG, Redur Xelil, ha contado a Reuters que el acuerdo se cerró el domingo y que, conforme al mismo, las tropas rusas podrán instalar una base militar en la región de Afrin, en el noroeste de la nación árabe.
A cambio, "las tropas rusas que operan en Siria en el marco de la cooperación antiterrorista ayudarán a entrenar a nuestras fuerzas en técnicas de guerra moderna y a construir un punto directo de contacto con las fuerzas rusas", ha dicho.
"Es el primer acuerdo de este tipo", ha subrayado Xelil en un comunicado, en el que ha aclarado que ha entrado en vigor este mismo lunes y que los efectivos rusos ya han comenzado a movilizarse con sus equipos militares hacia Jandaris, donde se instalará la base.
El Ministerio de Defensa de Rusia, por su parte, ha aclarado que no se trata de una nueva base militar, sino que una sección de su Centro para la Reconciliación Nacional en Siria, que ayuda a negociar treguas locales, se ha instalado cerca de Afrin para prevenir violaciones del alto el fuego.
"No hay planes de desplegar nuevas bases militares de Rusia en territorio sirio", ha subrayado el Ministerio de Defensa en un comunicado leído en rueda de prensa.
En cualquier caso, este inusitado pacto podría tensar las relaciones entre Rusia y Turquía, recientemente restauradas y que han servido para crear un nuevo grupo de mediación internacional, del que también forma parte Irán, para facilitar un proceso de paz en Siria.
Turquía desplegó el pasado agosto tropas en el norte de Siria para frenar el avance de los terroristas del Estado Islámico pero también de los kurdos sirios, a los que vincula con los insurgentes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
El PKK, considerado una organización terrorista por Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos, lleva décadas luchando contra las fuerzas turcas para implantar un Estado propio en el sur del país. Desde el fin de la tregua, en 2015, miles de personas han muerto, incluidos civiles.