MOSCÚ 7 Dic. (EUROPA PRESS) -
La mayoría de los habitantes de Rusia, Ucrania y Bielorrusia siguen lamentando la desintegración de la Unión Soviética, según demuestra una encuesta realizada por la agencia Monitor Eurasiático citado por la agencia rusa de noticias RIA-Novosti.
Este sentimiento es especialmente fuerte en Rusia, donde un 69 por ciento de los entrevistados afirma que lamenta el colapso de la URSS, mientras que en Ucrania y en Bielorrusia las cifras son del 59 y el 52 por ciento, respectivamente.
Al respecto, al ex presidente ruso Boris Yeltsin aseguró hoy que no se arrepiente de haber creado en diciembre de 1991 la Comunidad de Estados Independientes (CEI) y sostiene que en aquel momento era la única alternativa factible ante un desmoronamiento inminente e incontrolado de la Unión Soviética.
En el plano emocional, afirmó Yeltsin al diario 'Rossiyskaya Gaceta', la nostalgia de los tiempos soviéticos es comprensible pero "cualquier imperio está condenado a la desintegración". "Era evidente para el Kremlin que no había manera de preservar a la URSS en su esquema antiguo", declaró.
"Las reservas estratégicas de alimentos se iban agotando, la quiebra del sistema financiero ya estaba a la vuelta de la esquina y los empréstitos multimillonarios que el país tomaba en Occidente se esfumaban en cuestión de meses", recordó Yeltsin.
Con la creación de la CEI, prosiguió, los dirigentes de Rusia, Bielorrusia y Ucrania intentaron minimizar las desastrosas consecuencias que habría implicado para los ciudadanos el colapso del Estado soviético.
En todo caso, Yeltsin negó que el problema de las "repúblicas secesionistas" fuese consecuencia de la proclamación de la CEI. "Es una herencia de la política étnica aplicada por los bolcheviques y, más tarde, por Stalin, cuando las fronteras entre las repúblicas se dibujaban de un plumazo, sin vinculación alguna con la historia real", declaró. "Todo ello fue derivando en conflictos latentes que explotaron al instante apenas dejó de existir el Estado totalitario", añadió.