MADRID, 25 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Ministerio de Defensa de Rusia ha reconocido que sus Fuerzas Armadas bombardearon el miércoles una estación en la región de Dnipropetrovsk, pero ha alegado que el objetivo era un tren con militares y ha descartado bajas civiles.
Las autoridades ucranianas han estimado en 25 el balance de víctimas mortales, entre ellas dos niños, mientras que más de 30 personas habrían resultado heridas como consecuencia de este ataque sobre la estación de Chapline.
Un portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov, ha asegurado en cambio que, en el ataque, perdieron la vida más de 200 militares rusos que habían embarcado para unirse a los combates en la región del Donbás, en el este de Ucrania, según la agencia DPA.
Así, ha asegurado que un misil Iskander impactó contra la parte militar de la estación y que, fruto del ataque, también quedaron destruidos equipos de las Fuerzas Armadas ucranianas.
La falta de verificación independiente complica cualquier tipo de aclaración externa sobre estos hechos, aunque Naciones Unidas sí ha dado por hecho que en Chapline murieron víctimas civiles, incluidos niños.
La coordinadora humanitaria de la ONU en Ucrania, Denise Brown, se ha mostrado "impactada" por las informaciones que llegan desde la zona y ha señalado que el ataque sobre la estación "sólo es un ejemplo más del nivel de sufrimiento que la guerra está provocando sobre la población".
Brown ha alertado en un comunicado de la intensidad de los bombardeos de los últimos días y ha recordado que todas las partes, "sin excepción", deben cumplir con sus obligaciones y dejar al margen del conflicto a la población y a las infraestructuras civiles.