MADRID 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
El ex presidente salvadoreño Antonio Saca y sus colaboradores habrían desviado 246 millones de dólares (224 millones de euros) de las arcas públicas hacia sus cuentas bancarias personales, según ha desvelado este lunes el fiscal general, Douglas Meléndez.
"En el preámbulo de la investigación hay un monto general de 246 millones de dólares que fueron desviados a cuentas particulares", ha dicho en una rueda de prensa, según informa el diario salvadoreño 'La Prensa Gráfica'.
Meléndez ha detallado que "por lo menos 116 millones de dólares (105 millones de euros) fueron cobrados en efectivo de cuentas del Estado, remitidos a cuentas particulares de empleados de la Presidencia y posteriormente transferidos vía triangulación a empresas de Saca".
Por su parte, el Jefe de la Unidad de Investigación Financiera (UIF) de la Fiscalía General, Jorge Cortez, ha indicado que el ex presidente salvadoreño habría blanqueado hasta seis millones de dólares (360.451 euros), si bien las cantidades "pueden ir aumentando paulatinamente".
'Tony' Saca y antiguos colaboradores fueron detenidos por la Policía el sábado por la noche durante la celebración de la boda de uno de los hijos del ex mandatario acusados de malversación de fondos públicos durante su Gobierno.
Meléndez ha explicado este lunes que, pese a que el caso está en marcha desde hace meses, estas detenciones obedecen "al clamor popular de la gente honrada de El Salvador, que quiere que se investigue la corrupción".
Saca fue el último presidente de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) que gobernó el empobrecido país centroamericano entre 2004 y 2009. La Corte Suprema de Justicia ya le envió a juicio el pasado marzo por no poder justificar cinco millones de dólares de su patrimonio personal.
Las autoridades salvadoreñas han emprendido una cruzada anticorrupción que también ha afectado al ex presidente Mauricio Funes, acusado de enriquecimiento ilícito, y al ex dirigente Francisco Flores, que murió a principio de año, por apropiarse de fondos donados por Taiwán para hacer frente a los dos terremotos que sacudieron El Salvador durante su Gobierno.