BAGDAD, 30 Dic. (EUROPA PRESS) -
El ex presidente iraquí Sadam Husein fue ejecutado en la horca esta pasada madrugada a los 69 años de edad, en cumplimiento de la condena a muerte a la que había sido condenado el pasado mes de noviembre por el Tribunal Especial de Irak, y que fue confirmada esta semana por el Tribunal de Apelaciones, por los crímenes contra la Humanidad de que fue declarado culpable por la muerte y tortura de 148 iraquíes chiíes en la localidad de Dujail en 1982. Las organizaciones de Derechos Humanos han condenado la ejecución y han asegurado que el juicio estuvo lleno de irregularidades.
La ejecución ha sido confirmada tanto por el viceministro iraquí de Asuntos Exteriores, Labeed Abbawi, como por el vicepresidente del Tribunal Supremo de Apelaciones, el juez Munir Hadad, quien añadió que el cumplimiento de la sentencia tuvo lugar "fuera de la 'Zona Verde'", donde se encuentran las instalaciones del Gobierno iraquí y las sedes de las Embajadas de Estados Unidos y del Reino Unido.
El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, ha llamado a los seguidores de Sadam Husein para que cambien su estrategia política. "Insto a los simpatizantes del antiguo régimen a revisar su postura, ya que la puerta sigue abierta para todos aquellos cuyas manos no estén manchadas con sangre inocente, para que ayuden a reconstruir un Irak para todos los iraquíes", anunció en un comunicado.
La ejecución se llevó a cabo en torno a las seis de la madrugada, hora local (cuatro de la madrudada, peninsular española), sólo cuatro días después de que el Tribunal de Casación de Irak ratificara la sentencia.
El juez Abbawi, que estuvo presente en la ejecución, afirmó a los medios de comunicación que Sadam Husein "rechazó que le cubrieran su cabeza antes de que le pusieran en la horca, y así fue ejecutado". "Tenía en la mano un Corán, leyó las frases de la profesión de fe musulmana ('No hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta') y no se dirigió en ningún momento al pueblo".
Por su parte, el consejero de Seguridad Nacional de Irak, Muafaq al Rubai --que también asistió a la ejecución, además de un juez del Tribunal de Casació, un representante de la Fiscalía y otro del Gobierno y "un grupo de testigos", pero "ningún estadounidense"--, afirmó que el ex dictador "pareció sólido y no se resistió a la muerte".
"No, no temía la muerte. Cuando se acercó al lugar donde está la horca me miró y me pidió que no tuviera miedo", declaró Rubai a la televisión estatal iraquí 'Al Iraquiya'. La única petición de Sadam Husein fue que su copia del Corán "fuera entregada a un hombre que se llama Bandar".
Pese a que inicialmente las televisiones árabes informaron de que Ibrahim al Tikriti (su hermanastro) y Awad al Bandar (presidente del Tribunal Revolucionario), dos colaboradores del ex dictador acusados por el mismo caso, también habían sido ejecutados, Al Rubai lo negó posteriormente. Sin embargo, Mariyem Al Rais, asesora del primer ministro iraquí, ha asegurado que sí fueron ejecutados después de Sadam Husein.
"Lo más importante es que se ha acabado un capítulo oscuro en la historia de Irak", añadió el consejero de Seguridad Nacional, quien pidió a los iraquíes, "sean suníes, chiíes o kurdos" que "se unan y se olviden de sus divergencias". "Hoy es un día nuevo en un nuevo Irak. Es un gran día en la historia de nuestro país. Sadam se ha ido y todos los iraquíes deben mirar hacia el futuro", manifestó.
Según Al Rubai, el cadáver de Sadam Husein será entregado a su familia, aunque no detalló cuándo. La hija mayor del ex dictador, Raghad Sadam, ha pedido que su padre sea enterrado en la capital yemení, Saná, para que el cadáver sea trasladado a Irak "tras la salida de la tropas de ocupación".
REACCIONES EN IRAK
Momentos después de la ejecución, las autoridades iraquíes impusieron un toque de queda de cuatro días en Tikrit, la ciudad natal de Sadam, así como en varias localidades cercanas, en previsión de posibles disturbios por la ejecución de Sadam.
Varios grupos chíies lanzaron disparos al aire en señal de alegría en las ciudades y distritos donde es mayoritaria su comunidad chií. También se han registrado escenas de alegría en las regiones kurdas, que acusan al ex dictador de la muerte de decenas de miles de kurdos durante la campaña de 'Al Anfal' ('Botín de guerra'), lanzada por el ejército de Sadam Husein contra el Kurdistán a finales de los años ochenta.
En los barrios y ciudades suníes no se ha registrado ninguna reacción popular y sólo se escucharon los gritos de 'Alahu Akbar' ('Dios es el más grande') desde las mezquitas, con ocasión del inicio de la fiesta musulmana de Eid al Adha (el 'sacrificio').
HISTORIA DE UNA DICTADURA
El ex dictador Saddam Husein, el hombre que gobernó Irak desde 1979, fue detenido el 13 de diciembre de 2003 cerca de Tikrit, donde nació el 28 de abril de 1937 en el seno de una familia de campesinos suní.
En 1957 inició su larga carrera política, cuando se unió al partido socialista árabe Baas. Con sólo 22 años, intentó asesinar al primer ministro Abdul Kassem, pero fracasó. Resultó herido, pero logró escapar disfrazado de mujer.
Tras participar en dos golpes de Estado, en 1979 sucedió al general Ahmed Hassan al-Bakr en la jefatura del Estado, desde la que inició una fuerte represión contra la oposición política.
Entre 1980 y 1988 lanzó una guerra contra la vecina Irán después de que este país no aceptara conceder a Irak una salida al mar. En esta guerra recibió ayuda estratégica de inteligencia militar por satélite de Estados Unidos, y apoyo financiero de Kuwait y Arabia Saudí ante el temor de que Irán dominara la región a través de la religión. El estancamiento militar le obligó a firmar la paz.
En agosto de 1990, Irak invadió y se anexionó Kuwait. A inicios de 1991 una coalición dirigida por Estados Unidos le obligó a retirarse de Kuwait en la llamada 'primera guerra del Golfo Pérsico'. El conflicto y la derrota de Sadam Husein derivó en las revueltas internas de los chiíes y kurdos de Irak que le hicieron perder parte del control sobre el territorio del norte y sur del país.
El 20 de marzo de 2003, las tropas aliadas lanzan los primeros ataques sobre Irak: unos 40 misiles 'Tomahawk' destrozan objetivos selectivos de la capital iraquí. De esta forma comenzó la 'segunda guerra del Golfo', justificada por la presunta tenencia de armas de destrucción masiva y por los supuestos lazos entre Bagdad y Al Qaeda, dos argumentos que posteriormente se revelaron falsos.
Apenas 20 días después, el 9 de abril, iraquíes y estadounidenses derribaron la estatua de Husein erigida en la plaza Al-Ferdaous, junto al Hotel Palestina, en pleno centro de Bagdad. El acto simbólico fue retransmitido en directo por las cadenas de televisión a todos los rincones del planeta como testimonio de la caída del régimen de Sadam.
El 1 de julio del 2004, Husein fue llevado ante un juez, ante el que rechazó los cargos de crímenes de guerra y genocidio. El cargo en concreto que se imputaba era el de ordenar la muerte de 148 iraquíes chiíes en la aldea de Dujail en 1983.
El 19 de octubre del 2005 dio comienzo el proceso, durante el cual fueron asesinados varios miembros de la defensa. El 1 de marzo de 2006 la defensa alteró su estrategia y admitió que Sadam había ordenado el proceso a los 148 chiíes, pero aseguró que el juicio fue legal. El 5 de noviembre el Tribunal anunció la condena a muerte.
La organización humanitaria Human Rights Watch (HRW) calificó la ejecución de "paso significativo" en contra de los Derechos Humanos y el Estado de derecho y Amnistía Internacional (AI) afirmó que ha sido una "oportunidad perdida" para que las autoridades iraquíes demostraran que era posible "impartir justicia sin venganza".