WASHINGTON 15 Sep. (EP/AP) -
La Organización Mundial de la Salud (OMS) instó hoy a los países en desarrollo, especialmente en Africa, a usar el pesticida DDT para combatir la malaria, aunque con ciertas salvedades.
El DDT ha sido prohibido desde hace tiempo en Estados Unidos y otros países por su intenso impacto en el medio ambiente. Sin embargo, se recomienda ahora para rociar las paredes internas de las chozas de barro y de otras viviendas humildes para matar a los mosquitos que acechan al anochecer.
Un número reducido de países afectados por la malaria usa el DDT, gracias a un tratado de Naciones Unidas de 2001 que establece reglas estrictas para evitar el deterioro ambiental.
Sin embargo, el anuncio de la OMS señala que busca fomentar el uso en el hogar de varios insecticidas, entre los cuales destaca el DDT por considerarlo que si se usa adecuadamente es seguro, eficiente y barato.
"Debemos tomar una posición basada en la ciencia y en los datos", señaló el doctor Arata Kochi, encargado de la lucha contra la malaria en la OMS. "Una de las mejores herramientas contra la malaria es el rocío residual interior de la casa. De la docena de insecticidas aprobados por la OMS para su uso en el hogar, el más efectivo es el DDT".
"Es un cambio radical", afirmó por su parte la bióloga Amir Attaran, de la Universidad de Ottawa (Canadá), quien ha promovido desde hace tiempo la adopción de normas y describió un reciente borrador de las mismas. "Ha habido mucha resistencia a usar insecticidas para controlar la malaria y uno de ellos en particular", señaló. "Eso tendrá que ser revaluado por muchas personas", dijo.
El DDT es el insecticida más conocido en el mundo. Aunque no se le considera un riesgo para la salud, fue prohibido en Estados Unidos en 1972 después que décadas de uso agrícola provocaron perjuicios ambientales en el mundo. Otros países también lo prohibieron.
El DDT nunca desapareció de los países en desarrollo, aunque las presiones políticas y la falda de fondos hicieron que muchos dejaran de usarlo. Pero en 2001, un tratado de la ONU que se propone erradicar del mundo una docena de las sustancias químicas más peligrosas estableció una excepción para el DDT: el rocío en interiores contra la malaria, bajo estrictas condiciones para impedir la contaminación ambiental.