MADRID, 28 Jul. (EUROPA PRESS) -
El líder del partido ultraderechista Liga, Matteo Salvini, ha descartado este jueves que las autoridades rusas estén detrás de la crisis desatada en el seno del Gobierno italiano y que llevó a la caída del ahora primer ministro en funciones, Mario Draghi, que presentó su dimisión hace una semana tras perder el apoyo de sus socios de coalición.
Salvini, que ha aseverado que las acusaciones contra Moscú por haber influido supuestamente en la política interna del país son "tonterías", ha recalcado que Italia "está con la OTAN, pero también busca buenas relaciones con (Vladimir) Putin". "Es el sentido común el que prima", ha dicho.
"Esto no son más que tonterías. He trabajado por la paz y contra la guerra, que está provocando muertes y problemas económicos para todo el mundo", ha manifestado en declaraciones a la emisora Radoi24.
En este sentido, ha despejado las dudas sobre los supuestos contactos entre uno de sus asesores, Antonio Capuano, y varios altos cargos rusos, con los que se habría reunido a finales de mayo en la Embajada de Rusia para hablar del Gobierno de Draghi.
"La política internacional es independiente de los gobiernos", ha matizado el que fuera ministro del Interior italiano. "Somos pro-europeos y atlantistas, pero esto no significa que no podamos tener buenas relaciones con Putin. La guerra acabará antes o después y los que se hayan equivocado pagarán", ha continuado.
Además, ha insistido en que él es un "aliado fiable para los italianos, así como para la líder del partido Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, y el presidente del partido Forza Italia, Silvio Berlusconi, con quienes ha llegado a un acuerdo de cara a las próximas elecciones, previstas para el 25 de septiembre. "Ha ganado el sentido común. (...) Es el presidente del país el que entrega el mandato, la Constitución lo dice, y lo que los italianos decidan es sagrado", ha puntualizado.
Sus palabras llegan después de que el propio Draghi incidiera en la necesidad de "tomar medidas para combatir la injerencia de Rusia y otras autocracias en las políticas internas y la sociedad italiana".
"Italia es un país libre y democrático, por lo que tenemos que responder ante aquellos que quieren seducirnos con un modelo autoritario para poder reforzar los valores europeos", manifestó entonces en unos comentarios que fueron rechazados por el Gobierno ruso.