MADRID, 21 Jun. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Interior de Italia, Matteo Salvini, ha defendido la orden para impedir la entrada en aguas territoriales del barco de la ONG Sea Watch, que espera permiso para desembarcar a 43 migrantes y refugiados, a pesar de que Naciones Unidas ha insistido en la urgencia de que estas personas puedan llegar a un puerto seguro.
Salvini ha hecho pública una carta dirigida al primer ministro, Giuseppe Conte, y al titular de Exteriores, Enzo Moavero, en la que defiende que su política de 'puertos cerrados' y el decreto que contempla multas para las ONG son la forma correcta de actuar y han supuesto un "punto de inflexión" en el flujo migratorio hacia Italia.
En este sentido, el líder de la Liga ha recriminado a Sea Watch su supuesta irresponsabilidad al hacer caso omiso de los avisos de las autoridades italianas y libias y navegar hacia el sur de Europa. Italia solo ha permitido desembarcar por ahora a diez de los 53 migrantes rescatados el 12 de junio frente a Libia y por razones médicas.
Salvini ha instado a Conte no solo a defender el cierre de los puertos italianos, sino a apelar también a Países Bajos para que asuma su responsabilidad por el barco de la ONG, que tiene bandera holandesa, según el texto difundido por el propio ministro en sus redes sociales.
El mensaje coincide, sin embargo, con el reciente desembarco de 80 migrantes en el puerto siciliano de Lampedusa. La Guardia Costera trasladó hasta esta ciudad italiana a 80 personas que habían partido desde la localidad libia de Zwara dos días antes.
MENSAJE DE LA OIM
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha lanzado este viernes un llamamiento para que la situación se resuelva "cuanto antes" y las 43 personas atrapadas puedan llegar a un puerto seguro. Tanto esta agencia como las ONG que trabajan en el Mediterráneo han insistido en que Libia no cumple estas condiciones.
"La situación en el país sigue siendo extremadamente peligrosa por los choques militares continuos y fuertes alrededor de la capital y que han dejado, desde principios de abril, más de 90.000 desplazados", ha advertido el coordinador de la oficina de la OIM para el Mediterráneo, Federico Soda, en un comunicado.
La OIM precisamente ha informado este viernes de que el jueves por la noche 116 migrantes fueron devueltos a Libia, donde terminarán recluidos en centros de detención. Las condiciones de estas instalaciones son "inaceptables e inhumanas", según la propia organización, que ve imposible garantizar una mínima protección de sus derechos una vez que sean internados en estos centros.
La ruta central del Mediterráneo sigue siendo una de las más mortíferas para los migrantes en todo el mundo. Desde principio de año, han muerto más de 340 personas y el dato supera los 1.100 fallecidos si se tienen en cuenta los últimos doce meses, lo que implica una media de más de tres víctimas por día, según las estadísticas de la OIM.