CARACAS 11 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los presidentes de Colombia y Venezuela, Juan Manuel Santos y Nicolás Maduro, respectivamente, han ordenado a sus respectivos gobiernos "buscar acuerdos" para tener "una frontera normal", después de un año de cierre de la linde común.
"A los ministros les hemos señalado buscar acuerdos con miras a tener una frontera normal", ha dicho Santos en declaraciones a la prensa, según ha informado el Palacio de Miraflores a través de su cuenta oficial en Twitter.
Santos y Maduro se han reunido este jueves en la localidad de Macagua, en el estado venezolano de Bolívar, para valorar la posibilidad de reabrir la frontera. "Esta es una zona de paz, aquí se fundó Colombia, en el Orinoco, este es un lugar sagrado", ha dicho Maduro antes de comenzar.
Tras varias horas de encuentro bilateral, los presidentes han abierto la reunión a sus ministras de Exteriores, la colombiana María Ángela Holguín y la venezolana Delcy Rodríguez, para analizar las conclusiones de las comisiones binacionales.
La intención de ambos gobiernos, de acuerdo con la prensa local, es abrir primero un paso peatonal para después, en función del resultado, sumar de forma escalonada otros puntos hasta la reapertura total de la línea limítrofe.
La frontera entre Venezuela y Colombia está cerrada desde agosto del año pasado a causa de la muerte de dos militares venezolanos que estaban patrullando por la zona fronteriza a manos de supuestos paramilitares colombianos.
La clausura provocó una crisis humanitaria sin precedentes porque miles de colombianos que residían en Venezuela --tanto legal como ilegalmente-- tuvieron que volver a su país por lo que denunciaron como una persecución del Gobierno de Maduro.
Colombia ha insistido a Venezuela en numerosas ocasiones a lo largo de este año en que deben abrir de nuevo los pasos fronterizos, pero Caracas se ha negado hasta que Bogotá asuma su responsabilidad en la lucha contra el crimen organizado en esta zona.
El Gobierno de Santos ha permitido puntualmente el paso de cientos de miles de venezolanos para que compren productos de primera necesidad, algo que el Palacio de Miraflores ha interpretado como "una maniobra para generar zozobra".