BOGOTÁ, 10 (EUROPA PRESS)
Los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos, y Venezuela, Nicolás Maduro, se reunirán este jueves para abordar la situación en la frontera entre ambos países y abordar su posible reapertura y la subsiguiente normalización de la situación en las zonas limítrofes, según ha indicado la Cancillería de Colombia en un comunicado.
La semana pasada, Caracas aceptó durante una reunión entre las ministras de Relaciones Exteriores de ambos países, María Ángela Holguín y Delcy Rodríguez, la propuesta de Bogotá de crear una cédula fronteriza para los ciudadanos que residen entre los dos países, si bien Rodríguez advirtió de que el documento se someterá a rigurosos controles para que no sólo pueda portarla, sino también genere deberes y derechos con su uso.
Durante el encuentro, Caracas propuso establecer estaciones de servicio de combustible en Colombia para que sea vendido en pesos, propuesta que Bogotá ha aceptado. Esta medida, según recoge Caracol, permitirá disminuir el contrabando de gasolina en la zona, al tiempo que los ciudadanos puedan acceder al producto a precio de mercado.
Fue en esta reunión cuando se acordó que se celebraría un encuentro de alto nivel entre los mandatarios de ambos países, en el que se confirmaría la fecha de reapertura definitiva de la frontera.
Los mandatarios se reunirán en Puerto Ordaz, en Venezuela, para revisar las medidas que las ministras acordaron entonces de manera que permitan abrir una "frontera legal, segura y organizada". Asimismo, abordarán los "avances puntuales" en materia de seguridad, tanto migratorios como aduaneros, y los asuntos de interés para ambas partes, como el transporte en la frontera.
La frontera entre Venezuela y Colombia está cerrada desde agosto del año pasado a causa de la muerte de militares venezolanos que estaban patrullando por la línea limítrofe a manos de supuestos paramilitares colombianos.
Colombia ha permitido algunos fines de semana el paso de cientos de miles de venezolanos para que compren productos de primera necesidad, pero el Gobierno de Maduro ha interpretado que se trata de "una maniobra para generar zozobra".