BOGOTÁ 12 Ene. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y su antecesor en el cargo, Álvaro Uribe, se han vuelto a enfrentar, esta vez, a cuenta de sus hijos y las gestiones que éstos habrían realizado en relación con sus respectivos gobiernos.
Santos ha iniciado la polémica al señalar, en una entrevista concedida este jueves a Caracol Radio, los vínculos entre los hijos de Uribe, Tomás y Jerónimo, y la constructora brasileña Odebrecht, investigada por pagar sobornos a cambio de adjudicarse contratos públicos.
Santos ha mencionado en concreto una reunión que los hijos de Uribe tuvieron en Panamá con directivos de Odebrecht. "Que se reúnan los presidentes es normal, pero que se reúnan los hijos del presidente no es tan normal", ha espetado.
Tomás Uribe ha contestado vía Twitter para aclarar que su actividad comercial "se ha circunscrito exclusivamente al ámbito privado". "Mi reunión con Odebrecht no trascendió del plano social. No tuve negocios con ellos, ni directa ni indirectamente. No hemos tenido ningún negocio con el Estado, ni intercedido a favor de terceros ante el Estado", ha dicho.
Uribe también ha usado dicha red social para, además de defender la honestidad de sus hijos, cargar contra el de Santos y sugerir un trato de favor hacia él por la influencia de su padre como jefe de Estado, así como otras supuestas corruptelas.
"Santos: usted ocultó reunión con Odebrecht, ocurrida cuando ya se sabia del escándalo. La de mis hijos fue antes, conocida y no de negocios", ha respondido, subrayando que sus hijos "son gentes de trabajo, a diferencia suya que es un redomado y habilidoso burócrata".
Uribe ha denunciado que Santos puso a sus hijos a trabajar en la delegación colombiana en Naciones Unidas y viajaron al Mundial de Fútbol "invitados por contratistas del Gobierno". "Los hijos míos no fueron abusivos con los bienes del Estado", ha defendido.
También ha culpado al que fuera su delfín político de orquestar el "montaje" contra el ex candidato presidencial del 'uribismo', Óscar Iván Zuluaga, investigado por contratar un 'hacker' para espiar a las delegaciones de paz.
TENSA RELACIÓN
Este es el último episodio del enfrentamiento que ha caracterizado en los últimos años la relación entre Santos y Uribe, centrado en sus posiciones contrapuestas en el proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Uribe fue el padrino político de Santos. Durante sus gobiernos ejerció de ministro de Defensa y, cuando la Corte Constitucional le impidió aspirar a un tercer mandato en 2010, le designó como su sucesor al frente de la coalición gobernante.
El diálogo iniciado por el Gobierno con las FARC en 2012 dinamitó la relación entre Santos y Uribe. El ex presidente es el principal detractor del acuerdo de paz, hasta el punto de que logró que las partes lo modificaran tras el triunfo del 'no' en el referéndum celebrado el 2 de octubre.
Ambos han apelado a un diálogo nacional para cerrar la brecha que actualmente separa a los partidarios y a los críticos del acuerdo de paz, pero lo cierto es que aún no ha comenzado, mientras en el Congreso avanza la implementación de lo pactado entre el Ejecutivo y la guerrilla.