Niños en un campo de desplazados de la Franja de Gaza - Rizek Abdeljawad / Xinhua News / Contactophoto
MADRID, 7 Nov. (EUROPA PRESS) -
Save the Children ha advertido de que los incesantes bombardeos lanzados por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) sobre la Franja de Gaza no sólo están dejando un nivel de destrucción sin precedentes en este territorio, donde ya han muerto más de 4.000 niños, sino que está llevando al límite la salud mental de unos menores que, como recuerda la ONG, son los primeros en percatarse de que "no hay un lugar seguro" donde poder refugiarse.
Ya antes de este conflicto, el 80 por ciento de los niños vivían con miedo, preocupación, pena o duelo, como constató Save the Children en un informe publicado a mediados del año pasado y en el que se reflejaban los estragos mentales en una población sacudida por recurrentes círculos de violencia y por la falta de suministros y bienes básicos.
Yusef trabaja para la ONG, pero también es padre de tres hijos con edades inferiores a los diez años. "Hay mucha pérdida y mucho dolor. Tenemos miedo, de lo que ocurrirá en las próximas horas", cuenta, al hacer balance de un contexto en el que "la muerte está por todas partes". En total, más de 10.000 personas han fallecido, según datos del Ministerio de Sanidad gazatí.
"Mis hijos me miran a los ojos todos los días, en busca de respuestas. No las tengo. Es muy duro, especialmente para los niños", lamenta, un mes después del inicio de unos ataques que se han cebado de forma particular contra la población civil, con ataques incluso sobre hospitales y escuelas donde se refugiaban ciudadanos desplazados.
El director de Save the Children para los Territorios Palestinos ocupados, Jason Lee, ha explicado que, "en tiempos de guerra, la gente busca refugio habitualmente en lugares seguros", pero ahora no hay nada que pueda considerarse seguro ni tampoco forma de escapar de la Franja, habida cuenta de que los pasos fronterizos con Israel permanecen cerrados u el de Rafá, que conecta con Egipto, sólo está abierto para evacuar extranjeros o heridos.
"Con una sensación de seguridad, la presencia constante de la familia, algún tipo de rutina y un tratamiento adecuado, los niños se pueden recuperar", pero en Gaza ahora muchos niños "lo han perdido todo". "Nos estamos quedando sin palabras para lanzar alertas lo suficientemente contundentes o describir la magnitud del sufrimiento de los niños", ha dicho Lee.
La ONG ha pedido un alto el fuego, ya que, sin él, los niños perderán "sus últimas reservas de esperanza y confianza". El responsable ha advertido de que "cada día de violencia implica más cicatrices mentales y físicas que durarán toda la vida", con un riesgo de que la salud mental de la infancia llegue a "un punto de no retorno".