MADRID, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -
La ONG Save The Children ha advertido este viernes de que más de 363.000 niños en Somalia sufren desnutrición, de los cuales aproximadamente 71.000 presentan síntomas de desnutrición aguda grave como consecuencia de la sequía que está asolando el país, que de acuerdo con la comunidad humanitaria, es la peor que ha tenido lugar desde la hambruna de 2011.
La situación de la población de Somalia, un país que lleva sumido en un conflicto intermitente desde hace décadas, es extremadamente grave según las cifras proporcionadas por la Unidad de Análisis de Seguridad Alimentaria y Nutrición (FSNAU).
"Se espera que la próxima temporada de lluvias traiga precipitaciones muy por debajo de la media, por lo que hay muchas posibilidades de que lo ocurrido en 2011 vuelva a suceder", ha alertado Hassan Saadi Noor, director de Save the Children en Somalia.
La FSNAU ha alertado de que si continúa la falta de precipitaciones durante la próxima temporada de lluvias en Somalia, es muy posible que se produzca una nueva hambruna como la que tuvo lugar en 2011, que provocó la muerte de alrededor de 260.000 personas. La falta de acceso por parte de la comunidad humanitaria a algunas de las regiones más afectadas por la sequía también se ha convertido en un importante factor de riesgo para la inseguridad alimentaria.
"Hace cinco años más de un cuarto de millón de personas, de las cuales 130.000 eran niños, perdieron la vida innecesariamente. No podemos permitir que esa tragedia se repita. La única forma de evitar otra devastadora pérdida de vidas es que los donantes y los líderes internacionales actúen de manera inmediata", ha explicado Noor.
En total, se estima que más de 6,2 millones de personas, la mitad de la población del país, necesitan asistencia humanitaria urgente. Miles de personas se han convertido en desplazados internos y refugiados en los países vecinos. "Estos desplazamientos están forzando a los niños a abandonar la escuela, lo que aumenta el riesgo de que se separen de sus familias o de que se vean expuestos a la explotación e incluso a la muerte", han señalado desde Save The Children.
La falta de lluvias en las últimas estaciones húmedas han provocado una enorme escasez de agua, que se ha convertido en un bien de lujo. Su precios se ha triplicado en los últimos dos años hasta alcanzar los 12 euros por cada barril de 200 litros.
Por otro lado el sector agrícola ha sufrido pérdidas dramáticas. Tres cuartas partes del ganado del país ha muerto y la producción de cereales ha bajado un 75 por ciento, lo que ha disparado el precio de los alimentos.