Las ONG que ayudan a los menores no acompañados dejarán de recibir fondos de la UE en agosto
MADRID, 19 Jul. (EUROPA PRESS) -
Unos 60.000 inmigrantes y refugiados están atrapados en Grecia, entre ellos 20.000 niños y unos 2.400 menores no acompañados, viviendo en una situación "dura y desesperada" que podría empeorar a partir de agosto ya que muchas de las ONG que les prestan ayuda dejarán de recibir fondos de la UE, ha alertado Save the Children.
En las islas griegas viven actualmente unos 14.000 inmigrantes y refugiados que han quedado bloqueados a raíz del acuerdo firmado en marzo de 2016 entre la UE y Turquía. "Se encuentran en condiciones muy duras, hace mucho calor y viven en barracones y tiendas de campaña en campos improvisados para unos días que se han convertido en permanentes", ha explicado a Europa Press desde Quíos la directora de sensibilización y políticas de infancia de Save the Children, Ana Sastre.
Las familias de refugiados se encuentran en una "situación psicológica muy dura" puesto que en la mayoría de los casos llevan meses esperando una solución y "no tienen claro lo que va a pasar", ha precisado. "Pensaban que les iban a tratar bien cuando llegaran a Europa, que aquí hay Derechos Humanos, pero están viendo que esto no se materializa y no entienden lo que está pasando", ha subrayado, resaltando que "ves mucha tristeza en sus caras".
Sastre ha expresado su particular preocupación por la situación de los niños, muchos de los cuales "han vivido situaciones traumáticas" antes de llegar a Grecia y han visto morir a familiares y amigos y han sido testigos de bombardeos. Ahora, "viven hacinados en medio de altas temperaturas" y sin ver sus necesidades debidamente cubiertas.
MENORES NO ACOMPAÑADOS
La responsable de Save the Children ha incidido en la situación de los menores no acompañados, la mitad de los cuales se beneficia del sistema de protección griego mientras que el resto, ante la falta de plazas en centros para menores, "están en la calle".
Para ellos, ha denunciado, la única opción para moverse son los "traficantes" lo que les deja en una situación de especial vulnerabilidad ante la explotación sexual, los abusos y el tráfico de órganos. "No hay un sistema de protección que les ofrezca una plaza en un centro y una tutela y no hay planes para hacerlo", ha insistido.
"Ahora, su situación va a ser mucho más dramática porque a partir de agosto las ONG que trabajan con estos menores y que tienen casas de protección dejarán de recibir financiación de la UE", ha alertado Sastre. "Si a partir de agosto no se destina fondos por parte del Gobierno griego, habrá todavía más menores en la calle", ha lamentado.
Sastre ha reconocido que el Gobierno de Alexis Tsipras "no está siendo capaz de gestionar" la situación, si bien ha incidido en que se está ejerciendo "mucha presión" sobre un país que está inmerso en una grave crisis económica.
En este sentido, ha denunciado que "el sistema de solidaridad" acordado por la UE para repartir la carga migratoria que sufren Grecia e Italia "ha fallado estrepitosamente" y solo se ha reasentado a un 10 por ciento de los 170.000 refugiados comprometidos pese a que se trata de "una cifra irrisoria" comparada con los millones de refugiados que acogen países como Turquía.
"NECESITAN UNA RESPUESTA"
Los 60.000 bloqueados en Grecia, muchos de los cuales "sienten que se les está tratando como animales", "necesitan una respuesta" y ésta debería ser la "prioridad" de los gobiernos europeos, ha defendido la responsable de Save the Children. "Se necesita una voluntad política de solucionar esto y de poner todos los recursos a disposición de estas personas, que es ahora cuando necesitan que les ayudemos", ha reclamado.
A Save the Children le preocupa especialmente, ha añadido, la situación de los menores no acompañados. "Hay que ampliar el sistema de protección, no se puede dejar a estos niños en la calle" porque no hacerlo supone "empujarlos en manos de las mafias" al no darles una alternativa, ha advertido.
Asimismo, ha resaltado que la "desesperación" reinante entre los refugiados genera "tensión" entre las familias en los campos de acogida, pero también entre la población local en lugares como Quíos, donde "no están recibiendo respuestas y no están preparados" para acoger a los alrededor de 3.500 refugiados que se encuentran en la isla.