MADRID, 4 Feb. (EUROPA PRESS) -
La ONG Save the Children ha denunciado este jueves, con motivo de la reunión de donantes de Siria que se celebra en Londres, que cerca de 2,8 millones de niños sirios no pueden acudir a la escuela.
Según ha explicado la organización, alrededor de 5,8 millones de niños están desplazados dentro del país o refugiados en la región. "Una media de 3.245 niños se han visto forzados a dejar sus hogares cada día", ha denunciado la ONG.
"Estos niños se ven privados de uno de sus derechos más importantes: la educación", ha lamentado Save the Children. "Eviten que haya una generación pérdida de niños en Oriente Próximo", ha pedido la organización a los líderes que han acudido al encuentro.
La ONG ha señalado que hace dos años, la tasa de escolarización de Siria era casi del 100 por cien, una cifra que hoy día ha descendido hasta el 6 por ciento en determinadas zonas. Además, según ha denunciado, una de cada cuatro escuelas ha sido dañada, destruida u ocupada.
"Nuestro mensaje a los líderes reunidos hoy y a la comunidad internacional es simple: a partir del próximo curso todos los niños sirios deberían tener la oportunidad de ir al colegio. No podemos quedarnos de brazos cruzados y aceptar que puede haber una generación perdida de niños que nunca han tenido esa oportunidad", ha explicado el director general de Save the Children, Andrés Conde.
La organización ha pedido un compromiso de inversión de 1.400 millones de dólares anuales (1.253 millones de euros) para poder solucionar esta crisis educativa. Para ello ha exigido la no discriminación de los niños por su estatus legal y proteger a los estudiantes, profesores y escuelas de los ataques.
"Durante casi media década los niños sirios han tenido no solo que dejar sus casas y sus colegios, también han tenido que enfrentarse a bombas, disparos, hambre y enfermedades. A pesar de los retos y de la ferocidad de la guerra, tenemos una oportunidad real en esta conferencia de conseguir cambios importantes en sus vidas", ha señalado Conde.
Save the Children trabaja en Siria y países vecinos, Líbano, Jordania, Irak y Egipto, para proporcionar comida, agua potable, cuidado sanitario, refugio, protección y educación, y ha ayudado a más de 2 millones de niños desde que comenzó la crisis en la región, ha explicado la ONG.