Dos niños en una playa de Lesbos
ANNA PANTELIA/SAVE THE CHILDREN
Actualizado: viernes, 17 marzo 2017 14:11

MADRID, 16 Mar. (EUROPA PRESS) -

El número de casos de autolesiones, agresiones, ansiedad y depresión entre los menores refugiados que están atrapados en las islas griegas como consecuencia del acuerdo migratorio alcanzado hace un año entre la UE y Turquía, según ha denunciado este jueves Save the Children en un nuevo informe.

La ONG ha subrayado que las "degradantes condiciones" en las que se encuentran los refugiados e inmigrantes que han quedado varados en Grecia a raíz del acuerdo "están minando la salud mental y el bienestar general" de los más de 5.000 menores que viven "centros similares a los de detención".

Las madres de niños de tan solo 9 años han encontrado heridas en las manos de sus hijos, que se han causado ellos mismos, al bañarles, mientras que niños de tan solo 12 años han intentado suicidarse porque han visto a otros hacer lo mismo, ha indicado la ONG.

Igualmente, Save the Children ha registrado un aumento en los casos de drogadicción y alcoholismo entre adolescentes que viven en campos de refugiados y que intentan escapar así de su dolorosa realidad, una vulnerabilidad que los traficantes están explotando.

Los niños se han visto atrapados en protestas violentas, han visto cadáveres en los campos de refugiados, han pasado el invierno en endebles tiendas de campaña y algunos incluso han dormido en aparcamientos, se les ha negado la educación y han perdido todas sus posesiones en incendios, ha ilustrado.

"He visto un gran cambio en el comportamiento de mi hijo", ha contado a la ONG Babak, que junto a su hijo de 12 años se vieron afectados por el incendio registrado en su refugio en la isla de Quíos hace un año. "Está muy asustado. Desde que el campo se incendió no duerme bien y tiene pesadillas. Yo tengo los mismos síntomas. A nadie le gusta vivir en estas condiciones. Me odio a mí mismo y a Europa", ha asegurado.

El temor a que sus hijos puedan sufrir abusos o daños hace que muchas familias no permitan a sus hijos salir a jugar lejos de su tienda, mientras que los niños les aterroriza la falta de seguridad y el que los campos estén cercados por alambre de espino.

El equipo de Save the Children también ha constatado que algunos menores no acompañados viven en "modo de supervivencia las 24 horas" y duermen por turnos para intentar mantenerse seguros, así como la desaparición de muchos niños no acompañados, que abandonaron la isla con contrabandistas o por sí mismos.

DETERIORO DE LA SALUD MENTAL

Asimismo, el personal de la ONG en terreno ha presenciado un alarmante deterioro en la salud mental de los niños y teme que una generación de jóvenes esté desarrollando trastornos a largo plazo, como depresión, ansiedad por separación, ansiedad excesiva y estrés postraumático, también asociados a enfermedades físicas como la diabetes o enfermedades cardíacas.

Save the Children ha recordado que muchos de ellos han escapado de la guerra y el conflicto para terminar en campos que muchos de ellos llaman "el infierno" y donde dicen que les hacen sentirse más como animales que como seres humanos.

En este sentido ha advertido de que si no cambian las condiciones, podría haber una generación de niños insensibilizados que piensan que la violencia es lo normal, aunque, el informe ha puesto de manifiesto que aún pueden reponerse pero para ello necesitan recibir ayuda cuanto antes.

"El acuerdo entre la UE y Turquía debía parar el flujo de "migrantes irregulares" a Grecia, pero ¿a qué precio?", se ha pregungado representante humanitario de Save the Children en el país, Andreas Ring.

"Los espacios seguros de Save the Children dan a los niños y jóvenes algo que hacer y un lugar donde estar todos los días. Pero esto se acaba aquí", ha afirmado Ring, subrayando que "intentar estabilizar y reducir los problemas psicosociales que afrontan es una batalla perdida mientras que sigan viviendo en ambientes inseguros e inestables".

Por todo ello, Save the Children ha hecho un llamamiento a la UE y al Gobierno griego para que actúen de inmediato y pongan fin a la detención ilegal e injustificada de niños refugiados y migrantes y alivien la presión sobre las islas, trasladando a los niños y a las familias a entornos seguros.

Asimismo, les ha pedido que creen más opciones de alojamiento para los 2.100 menores no acompañados y especialmente vulnerables y transfieran a los niños con problemas de salud mental a lugares donde puedan recibir apoyo y cuidados especializados.

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