MADRID 18 Mar. (EUROPA PRESS) -
Al menos 14 personas han sido secuestradas durante un ataque en el estado de Kaduna, en el centro-norte de Nigeria, zona afectada por cientos de secuestros por parte de personas armadas no identificadas, incluidos niños raptados en sus escuelas y mujeres desplazadas.
En esta ocasión, los hombres armados invadieron la aldea el sábado por la mañana, tomando como rehenes a los residentes. Usman Stingo, diputado del distrito administrativo de Kajuru en la asamblea de Kaduna, ha condenado los hechos y ha denunciado que la comunidad ha estado bajo constantes ataques por parte de bandidos.
En declaraciones recogidas por el periódico nigeriano 'The Cable', ha indicado que el Gobierno no ha mostrado voluntad política para poner fin a los ataques de hombres armados y secuestros de residentes. "Si el Gobierno tuviera voluntad política, los soldados acabarían en cuestión de días con los bandidos en sus mismos escondites", ha afirmado.
Asimismo, ha denunciado que los ataques han persistido desde 2019 "y parecen no tener fin", al tiempo que ha denunciado los casos de los últimos años, con decenas de muertos y secuestrados a manos de estos hombres armados.
A principios de mes un grupo secuestró a cerca de 300 estudiantes en el estado de Kaduna y, la semana pasada, exigió un rescate de 1.000 millones de nairas (unos 600.000 euros). En el caso de que las autoridades no cumplan con lo exigido, indicó el grupo, matarán a los rehenes como muy tarde a principios del mes que viene.
El Ejército nigeriano lleva años librando una campaña contra estos grupos que han asolado comunidades enteras del país, con los jóvenes estudiantes en su punto de mira. El Gobierno, para facilitar la actuación militar, ha designado a estas bandas como grupos terroristas.
Sin embargo, ONG como Amnistía Internacional han denunciado en las últimas semanas que secuestros como el de Kuriga -- o el ocurrido a principios de mes en el estado de Borno, donde según Amnistía fueron secuestrados más de 400 desplazados internos -- pone de manifiesto la ineficacia de las medidas adoptadas por los gobiernos nigerianos durante los últimos años, bien del expresidente Muhamadu Buhari o el de su sucesor, Bola Tinubu.