PARÍS 13 Dic. (Reuters/EP) -
Los franceses acuden de nuevo este domingo a las urnas en unas elecciones regionales cuya primera vuelta, el pasado 6 de diciembre, mostró cómo la formación de extrema derecha de Marine Le Pen, el Frente Nacional, ha ido ganando adeptos hasta el punto de convertirse en la fuerza más votada.
Aupada por el temor que se ha extendido por Europa debido a la crisis de refugiados y por los ataques del autodenominado Estado Islámico que dejaron en París 130 muertos hace tan sólo un mes, Le Pen partió los esquemas de la política gala haciéndose con el 29,1 por ciento de los votos, por delante de conservadores y socialistas, ambas las fuerzas tradicionales del país.
No obstante, la formación antieuropeísta y antiinmigración no tiene segura la victoria en ninguna de las 13 regiones que formarán el país desde el próximo mes de enero y cuyos Gobiernos se deciden hoy. Todo dependerá principalmente de lo que los votantes de izquierdas decidan hacer en las regiones en las que, tras llegar líder el Frente Nacional, se retiraron las listas socialistas.
El Partido Socialista ha pedido el voto para los conservadores de Nicolas Sarkozy en estas dos circunscripciones --la Norte, cuyo cabeza de lista es la propia Le Pen, y la Sureste, donde lo es su sobrina Marion Marechal-Le Pen-- para dejar fuera del Gobierno al Frente Nacional y varias encuestas muestran que estos votantes podrían haber hecho caso de esta petición.
Sin embargo, no ha habido encuestas para todas las regiones y muchos sondeos, especialmente en la región Sureste, han previsto pequeñas diferencias entre los candidatos, una diferencia que puede estar dentro del margen de error de dichas encuestas.
"Lo único que es cierto es que será una carrera muy ajustada", ha asegurado el analista político Joel Gombin, especialista en extrema derecha, y quien asegura que entre las incógnitas de la jornada electoral de hoy se encuentra la abstención: menos del 50 por ciento de los franceses votaron el domingo pasado.
¿PRIMER GRAN LOGRO DEL FN?
El Frente Nacional nunca ha gobernado en un nivel de circunscripción tan grande como los que ahora se deciden, por lo que hacerse con alguna región será clave en su estrategia para intentar convencer a los votantes de que Le Pen podría finalmente ser alguien de confianza para gobernar el país.
En los comicios locales del pasado mes de marzo, la formación de Le Pen no consiguió ningún departamento --una circunscripción menor que las regiones que ahora se votan-- en la segunda vuelta, pese a que en la primera ronda obtuvo muy buenos resultados. Esto ocurrió, en parte, a que es una formación muy aislada que no cuenta con socios con los que negociar algún tipo de alianza entre rondas de votación.
A Sarkozy, que esperaba una aplastante victoria que le impulsara en la carrera presidencial de cara a 2017, la primera ronda le dio unos resultados decepcionantes que le han debilitado dentro de su propio partido. El número de regiones que obtengan los conservadores en esta segunda vuelta será clave en su lucha por el poder dentro del partido.
Por su parte, los socialistas --actualmente en el Gobierno de 21 de las 22 regiones actuales-- se prevé que sean los que más salgan perdiendo. No obstante y de forma paradójica, la fortaleza del Frente Nacional y el subsiguiente debilitamiento de los conservadores podrían ayudarles a salvar algunas regiones.