WASHINGTON 7 May. (EUROPA PRESS) -
El Senado ha aprobado este jueves por una abrumadora mayoría el proyecto de ley que permitiría al Congreso modificar e incluso vetar cualquier acuerdo que surja de las negociaciones sobre el programa nuclear de Irán.
Los senadores estadounidenses han dado luz verde a la ley con una mayoría de 98 frente a uno, del total de cien escaños con los que cuenta la cámara alta, después de varios meses de tensión en el Capitolio, según ha informado 'The New York Times'.
El borrador ha conseguido salir adelante porque la lucha interna de los republicanos --que dominan las dos cámaras del Congreso-- ha impedido entrar en un debate sobre cada una de las enmiendas sugeridas, algo que muchos han criticado.
"Estoy profundamente decepcionado por la dirección que ha tomado este debate", ha dicho el senador republicano y precandidato presidencial Marco Rubio. En su caso, aspiraba a introducir un artículo que obligase a Irán a reconocer al Estado israelí.
Se espera que la tramitación de este proyecto de ley en la Cámara de Representantes comience la próxima semana. "Confío en que la Cámara apruebe esta ley para responsabilizar a la Administración Obama", ha dicho el presidente de la cámara baja, el republicano John Boehner.
NEGOCIACIONES NUCLEARES
En noviembre de 2013, el Grupo 5+1 (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China) e Irán lograron cerrar un acuerdo preliminar de seis meses de duración, por virtud del cual Teherán se comprometió a congelar parte de su programa nuclear a cambio del levantamiento de algunas sanciones.
Los siete interlocutores acordaron en julio darse cuatro meses más, hasta el 24 de noviembre, para tratar de llegar a un acuerdo definitivo sobre el programa nuclear iraní, tras admitir ambas partes que persistían "diferencias significativas".
Sin embargo, las partes no lograron cerrar un texto definitivo para esa fecha, por lo que decidieron darse hasta el próximo 1 de julio para zanjar de una vez por todas la controversia sobre el programa nuclear iraní.
El acuerdo definitivo contemplaría que Irán pueda mantener un programa de enriquecimiento de uranio dentro de unos términos pactados y limitados. A cambio, la República Islámica debe despejar todas las dudas sobre la naturaleza exclusivamente pacífica de su programa.