BUENOS AIRES, 30 Mar. (Reuters/EP) -
El Senado argentino ha iniciado este miércoles el debate sobre el acuerdo alcanzado en febrero con los principales fondos de inversión estadounidenses, conocidos como "fondos buitre" o 'holdouts', en un paso clave para que el país pueda acceder a los mercados internacionales tras casi 15 años de disputas económicas.
El acuerdo, que fue alcanzado ante la Justicia de Estados Unidos y que autoriza la derogación de las leyes que impiden el pago de deuda a las personas que tengan 'holdouts', necesita la aprobación del Senado. Aunque la coalición en el Ejecutivo, Cambiemos, no cuenta con mayoría en la cámara alta, se espera que muchos legisladores opositores, incluyendo a peronistas, den luz verde al acuerdo.
"Creo que vamos a tener una cantidad importante de senadores apoyando esta decisión", ha sostenido el líder del bloque opositor, Miguel Pichetto, quien votará a favor del acuerdo con los acreedores, pese a las críticas que ha recibido desde su propio partido.
Una vez que el proyecto se convierta en ley, el Gobierno de Argentina tendrá hasta el 14 de abril para pagar a los 'holdouts', aunque el plazo podría alargarse ya que la Justicia de Nueva York debe avalar la operación en una sesión que se celebrará el próximo 13 de abril.
ACUERDO DE PAGO
A finales de febrero, Argentina se comprometió en un tribunal de Nueva York a pagar 4.653 millones de dólares a los principales acreedores que habían demandado al país ante la Justicia estadounidense. El Gobierno argentino advirtió de que esta cifra podría aumentar si otras personas presentaban una demanda. Por ello, el Ministerio de Economía prevé emitir bonos por valor de 11.684 millones de dólares para pagar a todos de acreedores.
El presidente argentino Mauricio Macri señaló que el país necesita este acuerdo para volver a acceder a los mercados internacionales de crédito y evitar una "hiperinflación". Muchos expertos esperan que este pacto con los "fondos buitres" permita a Argentina reactivar su economía y bajar la alta inflación que sufre a causa de la escasez de inversiones.
Por su parte, los detractores argumentan que el pago a los acreedores provocará un fuerte endeudamiento y abrirá la puerta a nuevos litigios legales. "Yo le digo no y voto no a este proyecto", ha aseverado el opositor Fernando Solanas, sosteniendo que el acuerdo no atraerá nuevas inversiones productivas. "Ese dinero va a venir para la cuenta corriente, no va a venir para impulsar la producción ni para crear más trabajo", ha destacado.