DAKAR, 26 Ene. (Reuters/EP) -
Más de 900 personas han sido interrogadas durante tres días en Senegal como parte de una campaña de prevención para combatir la amenaza yihadista que ya ha golpeado a algunos países de la región, entre ellos Malí y Burkina Faso, ha informado un portavoz policial.
"Cerca de 900 personas han sido interrogadas en el contexto de una campaña de seguridad dirigida por la Policía nacional ante la amenaza terrorista", ha señalado el portavoz, Henry Boumy Ciss, quien ha matizado que los interrogados no son presuntos terroristas.
Una segunda fuente del colectivo ha confirmado la información, pero ha estimado que en total 925 personas han sido sometidas a los interrogatorios, que han tenido lugar en la capital, Dakar, y en la cercana ciudad de Thiès. Tras el examen, la mayoría de los interrogados han sido liberados, aunque algunos han sido detenidos bajo cargos no vinculados con terrorismo, como embriaguez o infracciones de tráfico.
El director ejecutivo de Amnistía Internacional en Senegal, Seydi Gassama, ha explicado que la Policía está autorizada a desarrollar este tipo de operaciones siempre y cuando sigan instrucciones gubernamentales. No obstante, el grupo también ha afirmado que vigilará muy de cerca los interrogatorios para detectar cualquier posible abuso, dado el contexto de excesos policiales.
Fuentes diplomáticas han rechazado que se hayan lanzado amenazas específicas contra las ciudades de Dakar y Abiyán (en Costa de Marfil), principales núcleos de residencia de occidentales que trabajan en finanzas, actividades humanitarias o diplomacia. "Queremos evitar una innecesaria psicosis entre los estadounidenses y los marfileños", dijo la Embajada norteamericana en Abiyán el domingo, aunque en todo caso instó a los ciudadanos a la prudencia.
Senegal es uno de los países más estables de la región y nunca ha sufrido un gran atentado, a pesar de compartir fronteras con Malí donde milicianos vinculados con Al Qaeda se mantienen desde hace años activos en algunas regiones desérticas. No obstante, los ataques de alta intensidad registrados en Malí y Burkina Faso desde noviembre, y que tenían como objetivo víctimas extranjeras, han puesto de manifiesto el incremento de la insurgencia islamista en la región.
Esta amenaza ha llevado a Senegal a incrementar su seguridad. La Policía realiza controles de vehículos cerca de los restaurantes marítimos de Dakar, mientras guardias armados realizan patrullas en los puntos comerciales visitados por occidentales.