Gulbuddin Hekmatyar, líder de Hezb-e-Islami
CAREN FIROUZ / REUTERS
Actualizado: sábado, 12 noviembre 2016 7:29

MADRID 12 Nov. (EUROPA PRESS) -

El líder del grupo Hezb-e-Islami, el 'señor de la guerra' Gulbuddin Hekmatyar, ha pedido al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que retire a las fuerzas estadounidenses desplegadas en suelo afgano.

En una misiva que ha enviado al propio Trump, recogida por la cadena afgana Tolo News, Hekmatyar sugiere que retire a las tropas estadounidenses de Afganistán y permita a los afganos a resolver sus problemas y forjar su propio destino.

Si bien los líderes del Gobierno de Unidad Nacional han pedido que se mantenga la presencia de soldados en suelo afgano, Hekmatyar ha señalado que aquellos que quieren presencia militar estadounidense en Afganistán no están comprometidos con la nación y que son "amigos de Estados Unidos".

En la carta, el líder de Hezb-e-Islami ha acusado a los soldados estadounidenses de matar civiles en lugar de terroristas durante sus operaciones en el país, refiriéndose así al ataque perpetrado en Kunduz la semana pasada, en el que perdieron la vida más de 30 civiles.

El pasado 29 de septiembre, Hekmatyar y el presidente de Afganistán sellaron un acuerdo de paz, tras meses de negociaciones.

LA FIGURA DE HEKMATYAR

Hekmatyar, una de las figuras 'muyahidin' de más relevancia durante la guerra contra la Unión Soviética en los ochenta, fue uno de los señores de la guerra que se vieron involucrados en una cruenta guerra civil tras la salida de las tropas soviéticas del país, que se saldó con cientos de miles de muertos, la mayoría de ellos civiles.

Durante dicho conflicto, los milicianos de Hekmatyar fueron responsables de gran parte de la destrucción de Kabul debido a sus continuos bombardeos contra la capital, que provocaron miles de víctimas civiles.

Posteriormente, accedió al cargo de primer ministro entre 1993 y 1994 --y de nuevo por un breve periodo de tiempo en 1996--, antes de que los talibán se hicieran con el control de la capital, provocando su huida a Irán, donde permaneció durante seis años en medio de la desconfianza por parte de Teherán.

Finalmente, fue expulsado del país en 2002 en medio de presiones por parte del Gobierno de Estados Unidos y el recientemente establecido Ejecutivo afgano de Hamid Karzai tras la invasión estadounidense del país para expulsar a los talibán del poder.

Ese mismo año, emitió un comunicado para llamar a la 'yihad' contra Estados Unidos por su presencia en Afganistán, tras lo que fue declarado en 2003 como un "terrorista global" por el Departamento del Tesoro estadounidense.

Tras varios años en la clandestinidad y continuas amenazas contra Estados Unidos e Irán por supuesto respaldo a Washington durante la guerra contra el Gobierno talibán en 2001, Hezb-e-Islami resurgió con fuerza en 2008 con una serie de atentados contra las fuerzas de seguridad y las tropas de la coalición.

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