Actualizado: viernes, 16 octubre 2015 20:01

BELGRADO 16 Oct. (Reuters/EP) -

El presidente de Serbia, Tomislav Nikolic, ha comparado este viernes las exigencias que plantea la Unión Europea para la incorporación de su país al bloque con las que expuso el imperio austro-húngaro poco antes del inicio de la Primera Guerra Mundial.

Nikolic ha asegurado que a Serbia se le han plantado nuevas demandas para que entregue informes a Kosovo sobre la financiación de las instituciones controladas por los serbokosovares.

El mandatario serbio ha comparado estas exigencias con las planteadas a Serbia después de que el serbobosnio Gavrilo Princip matara en 1914 al archiduque del imperio austro-húngaro Francisco Fernando. "El imperio austro-húngaro, tras el asesinato de Sarajevo, reclamó que sus inspectores de Policía investigaran los antecedentes del asesinato del mismo modo que se le solicita ahora a Serbia ahora que entregue informes a Pristina sobre el sistema judicial y policial", ha asegurado.

Estas declaraciones, realizadas a periodistas alemanes el jueves y difundidas por el diario serbio 'Blic' este viernes, llegan después de que las autoridades de Belgrado acusaran a Alemania esta semana de estar intentando cambiar el marco de negociación para su acceso a la Unión Europea logrando más concesiones para Kosovo.

El Ejecutivo alemán ha rechazado las acusaciones de Serbia por considerarlas "infundadas" y varios diplomáticos occidentales han explicado que a Serbia no se le está solicitando mucho más aparte de lo ya firmado en el marco del acuerdo con Kosovo ratificado en 2013 y que está todavía en fase de desarrollo.

Esta retórica, sin embargo, está alimentando la crisis política en Belgrado en torno al ingreso en la Unión Europea en un momento en el que el primer ministro, Aleksandar Vucic, está estudiando si convoca elecciones anticipadas para reforzar su poder al frente del país.

Kosovo declaró su independencia de Serbia en 2008, casi una década después de que las fuerzas de la OTAN bombardearan a las fuerzas serbias para detener la matanza y expulsión de albanokosovares de la que entonces todavía era su provincia. Desde su declaración unilateral de independencia, Kosovo ha sido reconocido por más de 100 países, incluida la mayoría de las potencias occidentales, pero no por Serbia ni Rusia ni España.

El presidente de Serbia, el conservador Tomislav Nikoliv, ha convocado este viernes a los embajadores extranjeros acreditados en Belgrado para protestar por la posibilidad de que Kosovo sea aceptado como estado miembro de la UNESCO.

Algunos de los lugares religiosos más importantes para los serbios están situados en Kosovo, un territorio que muchos serbios consideran como la cuna de su identidad y de la fé cristiana ortodoxa. Muchos de estos lugares han sido atacados por albanokosovares desde la guerra de 1999. Nikolic ha advertido a los embajadores de que incorporar a Kosovo a la UNESCO sería equivalente a "dejar al lobo a cargo de las ovejas".

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