BELGRADO, 16 Sep. (Reuters/EP) -
Serbia ha condenado este miércoles el uso de un cañón de agua y gases lacrimógenos por parte de Hungría contra los inmigrantes y refugiados agolpados en su frontera, argumentando que Budapest no tiene "derecho" a hacerlo, según ha informado la agencia estatal Tanjug.
"Esto se está lanzando a través de la frontera, algo que ningún Estado tiene derecho a hacer y por ello protesto en los términos más firmes", ha señalado el ministro encargado de las cuestiones migratorias, Aleksandar Vulin, en la frontera.
La directora de Respuesta de Crisis de Amnistía Internacional, Tirana Hassan, que se encuentra del lado serbio de la frontera en Horgos ha informado a través de Twitter de que ha visto "al menos tres niños heridos" por los gases lacrimógenos, uno de ellos con una herida en la cabeza. "Todos tienen menos de 10 años", ha precisado.
En un comunicado remitido por Amnistía antes de que se produjeran los incidentes en la frontera, Hassan había explicado la situación de "indignación e incertidumbre" en la que se encontraban los refugiados "atrapados en un limbo con una total falta de información".
"Han quedado atrapados en tierra de nadie", ha subrayado, denunciando que aunque tanto la UE como las autoridades serbias sabían que "esto iba a ocurrir no han respondido de forma adecuada, lo que significa que cientos de los más vulnerables están ahora atrapados entre una alambrada de espino y el abismo de no saber qué va a ocurrir".