MADRID, 15 Feb. (EUROPA PRESS) -
El jefe del gobierno de unidad de Libia, Fayez Serraj, y el jefe del Ejército leal al Ejecutivo asentado en el este del país, el mariscal de campo Jalifa Haftar, han acordado este martes celebrar elecciones parlamentarias y presidenciales en 2018.
El anuncio ha sido formulado por el Ejército egipcio a través de su cuenta en la red social Facebook, después de que el país mediara durante la jornada un encuentro entre Serraj y Haftar en la capital, El Cairo.
El comunicado recoge que la reunión "ha finalizado con un consenso sobre varios asuntos nacionales", recalcando que el objetivo de los mismos es "mantener la unidad y integridad territorial de Libia".
Asimismo, subraya el compromiso de las partes políticas de Libia "para establecer un estado democrático moderno basado en la transferencia pacífica de poder (...) y la lucha contra todas las formas de extremismo y terrorismo".
"Los líderes libios han afirmado su compromiso para trabajar (...) para poner fin al deterioro de la seguridad, mejorar las condiciones humanitarias y restaurar la estabilidad para poner fin al sufrimiento del pueblo libio", agrega.
En este sentido, detalla que, además del acuerdo sobre la convocatoria de elecciones, se ha pactado la creación de una comisión conjunta de miembros del Parlamento con sede en Tobruk y con el Consejo Presidencial --órgano del gobierno de unidad-- para enmendar el acuerdo político alcanzado en 2016 con mediación de Naciones Unidas.
Asimismo, afirma que "todos los que ocupan posiciones clave en Libia permanecerán en sus cargos hasta el fin del periodo interino y el inicio del nuevo mandato presidencial y del nuevo Parlamento en 2018.
El gobierno de unidad se instaló hace varios meses la capital, Trípoli, para intentar unificar el país políticamente, aunque por el momento la situación sigue altamente fragmentada.
El Gobierno con sede en el este del país --anteriormente reconocido por la comunidad internacional-- no ha reconocido la autoridad del Ejecutivo de unidad, que ha hecho frente además a un intento de golpe de Estado por parte de las autoridades autoproclamadas anteriormente en Trípoli.
El encuentro mediado por Egipto tenía como objetivo acercar posturas entre Serraj y Haftar, que recientemente había amenazado con avanzar hacia la capital para combatir a las milicias presentes en la ciudad, algunas aliadas a los líderes golpistas.
El intento de golpe de octubre estuvo encabezado por el ex primer ministro Jalifa Gwell, quien ha ganado peso en las últimas semanas grecias a los crecientes respaldos anunciados por diversas milicias.
Los apoyos a Gwell fueron limitados en un primer momento, si bien la milicia Sala de Operaciones de los Revolucionarios de Libia le declararon su respaldo posteriormente.
A ella se han unido milicianos leales al gran muftí del país, Sadek al Ghariani, y varias brigadas de la localidad de Misrata. Las tensiones se dispararon a finales de noviembre con el asesinato del clérigo Nadir al Omrani, mano derecha de Al Ghariani.
El gran muftí de Libia ha sido uno de los representantes más visibles al gobierno de unidad, y en marzo emitió una 'fatua' declarando "diez años de yihad" contra estas autoridades.
Al Ghariani cuenta además con el respaldo de la Brigada de Defensa de Benghazi --que le ha jurado lealtad--, contra la que combaten las tropas leales a Haftar en esta ciudad.