MADRID, 3 Mar. (EUROPA PRESS) -
El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, ha insistido este jueves por la noche en su postura y ha asegurado que no cree que "nadie que estuviera en esta reunión haya visto o considerado" que pudo decir "algo impropio o imprudente" en su encuentro con el embajador ruso en Washington, Sergei Kisliak.
Sessions negó haber mantenido encuentros con altos cargos rusos para hablar de la campaña del presidente, Donald Trump, después de que el diario 'The Washington Post' revelara que se había reunido en dos ocasiones, en julio y septiembre, con el diplomático ruso.
En una entrevista concedida a la cadena de Fox, el fiscal general ha afirmado que las conversaciones que mantuvo con Kisliak se han "exagerado" en los medios de comunicación y que las críticas vertidas contra él son injustas.
"No creo que nadie que estuviera en esta reunión haya visto o haya considerado que dije algo que fuera impropio o imprudente. Es muy triste estar siendo atacado de esta manera, pero creo que ya me he explicado e intento seguir adelante", ha afirmado.
El fiscal general ha concedido esta entrevista horas después de anunciar que se apartará de las investigaciones en curso y de cualquiera que pueda emprenderse en un futuro sobre la supuesta injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales del pasado 8 de noviembre.
No obstante, ha asegurado en la entrevista que tenía intención de anunciar su recusación de cualquier investigación en torno a la campaña del presidente incluso antes de que salieran a la luz sus encuentros con el diplomático ruso.
"Creo que debo apartarme", ha explicado, "porque estuve involucrado en la campaña hasta un punto que creo que podría llegar a percibirse como si no pudiera participar de forma objetiva en una investigación en torno a la campaña", ha añadido. En este contexto, ha matizado que apartarse de las investigaciones no supone "reconocer" que ha hecho algo incorrecto sino que, precisamente, es lo adecuado.
REUNIONES CON EL EMBAJADOR
Durante la entrevista, Sessions ha explicado sus encuentros con Kisliak. El primero, celebrado en julio, tuvo lugar en el marco de la convención del Partido Republicano y además del ruso, había medio centenar de embajadores de otros países.
El segundo encuentro, en el despacho de Sessions, entonces senador, tuvo lugar el pasado mes de septiembre, en el momento álgido de lo que la Inteligencia estadounidense definió como una cibercampaña auspiciada por Moscú para influir en las elecciones presidenciales a favor de Trump.
En esta ocasión, Sessions ha asegurado que el encuentro fue en calidad de miembro del Comité de Servicios Militares del Senado. "Hablamos sobre muchas cosas. Una de ellas fue el tema de Ucrania, sobre el que no estábamos de acuerdo", ha relatado.
"El embajador ucraniano había estado en mi despacho el día anterior y tuvimos un pequeño desencuentro sobre la cuestión ucraniana", ha continuado, antes de advertir que en esta reunión había otras dos personas, miembros de su personal y descritos por Sessions como "no políticos".
"No creo que haya nada incorrecto en que un senador de Estados Unidos se reúna con un embajador de Rusia", ha agregado.
En las filas demócratas ya han surgido voces reclamando la dimisión de Sessions. La líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ha subrayado que Sessions "mintió bajo juramento" durante la audiencia para confirmar su cargo ante el Senado.
También se ha sumado a la petición la senadora Elizabeth Warren, que ha subrayado que tras negar haber mantenido encuentros con algún miembro del Gobierno ruso "resulta que se reunió con el embajador ruso, dos meses antes de las elecciones".
Ya el pasado mes de febrero el entonces asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Michael Flynn, se vio obligado a dimitir después de que que saliera a la luz que había mentido al vicepresidente, Mike Pence, y a otros altos cargos de la Casa Blanca acerca de una conversación que había mantenido con el embajador ruso.
Flynn, que estuvo en el cargo menos de un mes, estuvo en el punto de mira desde que se conoció que había mantenido una serie de contactos con Kisliak el día previo a que Washington impusiera, a finales de diciembre, una nueva ronda de sanciones contra Rusia.