SEÚL 26 Abr. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro de Corea del Sur, Chung Hong Won, ha expresado su oposición a que Estados Unidos vuelva a desplegar armas nucleares estratégicas en la península coreana para disuadir a Corea del Norte de llevar a cabo más ataques.
"El Gobierno de Corea del Sur sigue comprometido con el principio de desnuclearización de la península coreana", ha dicho Chung en una sesión de interpelación parlamentaria, según ha informado la agencia de noticias Yonhap.
"Aunque no persigamos nuestra soberanía nuclear, creo que podemos disuadir a Corea del Norte gestionando la capacidad disuasoria que nos proporciona Estados Unidos", ha argumentado, en alusión a las armas convencionales.
En 1957, Estados Unidos desplegó armas nucleares en la península coreana, así como proyectiles de artillería y misiles de corto alcance, que llegaron a sumar 700. No obstante, desde entonces ha ido reduciendo su número.
Tras la prueba nuclear que el régimen comunista llevó a cabo el pasado 12 de febrero y las retórica bélica que ha usado desde entonces, se ha reabierto el debate sobre la desnuclearización de la península coreana.
La mayoría de los legisladores surcoreanos está a favor de mantener la península coreana libre de armas nucleares, al menos en lo que compete al Sur, mientras que el ala más conservadora cree que el redespliegue de las armas nucleares estadounidenses es la única forma de disuasión eficaz frente a las amenazas del Norte.
Además, los legisladores han interrogado a Chung sobre la posibilidad de que Corea del Norte lleve a cabo su cuarta prueba nuclear, tal y como ha amenazado. "Todavía existen posibilidades, aunque no hay señales claras", ha subrayado.
"ESTADO DE GUERRA"
En el último mes, el Gobierno de Kim Jong Un ha declarado el "estado de guerra" en la península coreana y ha amenazado con atacar objetivos surcoreanos y las bases militares que Estados Unidos posee en las islas de Hawai y Guam y en Japón.
El régimen comunista ha atribuido todas estas medidas a las amenazas proferidas por Corea del Sur y Estados Unidos, con las que "han rebasado los límites", pasando de "la fase de la amenaza y el chantaje a la temeraria fase de guerra actual".
Estos movimientos se enmarcan en la escalada de tensión regional, que comenzó el año pasado, con los lanzamientos de cohetes de largo alcance de abril y diciembre, y que ha continuado en 2013, con la prueba nuclear del pasado 12 de febrero, por parte de Corea del Norte.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha condenado estas acciones, al considerar que violan las resoluciones que prohíben a Corea del Norte desarrollar y usar tecnología nuclear y de misiles balísticos.