MADRID, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -
La aparición de nuevos casos de COVID-19 en el distrito de Minhang, en Shanghái, ha llevado a las autoridades a ordenar un cribado masivo de sus 2,6 millones de habitantes, lo que implicará que a partir del sábado podrían tener restringida la movilidad apenas una semana después de que la ciudad pusiese fin al confinamiento generalizado de dos meses.
Las autoridades chinas han notificado este miércoles 164 nuevos positivos, nueve de ellos en Shanghái. También han caído los contagios en la capital, China, que este miércoles sólo ha registrado un contagio local, la cifra más baja desde abril de 2021, y aleja el fantasma de un confinamiento masivo, según la agencia Bloomberg.
La preocupación por la pandemia se extiende ahora a otras zonas como Dandong, en la frontera con Corea del Norte, donde las autoridades directamente han pedido a los ciudadanos que viven cerca del río Yulu que cierren las ventanas en los días de viento ante la posibilidad de que entren partículas de virus procedentes de casas vecinas.
También han aumentado los casos en Mongolia Interior, de 81 el martes a 130 el miércoles. El brote en esta zona tiene como epicentro la ciudad de Erenhot, el principal puerto de enlace entre China y Mongolia y que lleva una semana confinada, con funcionarios locales yendo casa por casa para verificar los datos de todos los residentes.
China mantiene una política de 'casos cero', reivindicada por su presidente, Xi Jinping, después de que el país haya registrado en estos últimos meses sus peores datos de toda la pandemia. Este sistema pasa por aplicar duras medidas ante la más mínima duda de contagios descontrolados, independientemente del coste social y económico que conlleve.