El foro estará marcado por estrictas medidas de seguridad y mezclará política con espectáculo
WASHINGTON, 18 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Partido Republicano arranca este lunes en Cleveland (Ohio) la convención que encumbrará al polémico empresario Donald Trump, que ha pasado de ser la nota anecdótica de una campaña abierta a candidato con opciones de llegar a la Casa Blanca ante la atónita mirada de sus propios compañeros.
Trump, que ya había coqueteado en varias ocasiones con una candidatura presidencial, dio un paso al frente el 16 de junio de 2015. "Señoras y señores, me presento para ser presidente de Estados Unidos y vamos a hacer que nuestro país vuelva a ser grande de nuevo", declaró el magnate, curtido a base de inversiones y apariciones televisivas.
Entonces, pocos le tomaron en serio, habida cuenta de su pasado como 'celebrity' y un primer discurso que ya le alejaba de todo lo políticamente correcto y con el que se distanció del 'establishment' republicano, partidario de impulsar a un candidato moderado para tener opciones de derrotar a Hillary Clinton.
Trump dejó claro en esa primera comparecencia que fomentar la inmigración no entraba en sus planes. "Cuando México envía a su gente, no envían lo mejor (...). Envían personas con muchos problemas y que nos traen esos problemas. Nos traen drogas. Nos traen crimen. Son violadores. Y algunos, supongo, son buenas personas", dijo.
Tampoco ha dudado en cargar contra los musulmanes y vincularlos directamente con el terrorismo, hasta el punto de reclamar abiertamente una prohibición generalizada de entrada en Estados Unidos, dentro de mensajes sobre seguridad en los que ha prometido un giro radical en relación a las políticas de la actual Administración.
Así, y a lo largo de los meses, fue capaz de enfadar a todo tipo de colectivos a base de titulares y 'tuits' en los que no ha dudado en recurrir al insulto. El Partido Republicano se afanaba a duras penas por desmarcarse de los mensajes de Trump y no pocos dirigentes se burlaban de sus aspiraciones políticas reales.
Sin embargo, el mismo discurso que puso los pelos de punta a la clase política estadounidense logró movilizar al electorado en las primarias, de tal forma que Trump comenzó a sumar victorias desde el mismo comienzo de la carrera. Los candidatos --más de una decena-- cayeron como piezas de dominó ante la tormenta.
El ala más oficialista de la formación intentó poner diques de contención para evitar que Trump se hiciese con la victoria final, pero los teóricos candidatos del partido, como Jeb Bush, Marco Rubio o John Kasich, se retiraron sucesivamente incapaces de frenar el empuje del empresario. El 26 de mayo de este año, Trump conseguía la cifra mágica de 1.237 delegados necesaria para garantizarse la nominación en la convención del partido.
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La partida ha llegado finalmente a la casilla de Cleveland, sede de la convención nacional entre el 18 y el 21 de julio. Los republicanos intentarán vender una imagen de unidad y de correr un tupido velo sobre las zancadillas que trataron de poner a Trump, incluida la posibilidad de presentar un candidato sorpresa en caso de que el magnate no lograse suficientes delegados.
Personalidades como el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, los senadores Ted Cruz y Mitch McConnell o el gobernador de Wisconsin, Scott Walker, se subirán al estrado para pedir el voto para Trump, si bien en casos como el de Ryan se trata más de un posición anti Clinton. También habrá hueco para personas ajenas a la arena política como los hijos de Trump o supervivientes del ataque de Benghazi (Libia) en 2012.
Todos ellos formarán parte de un 'show' que tendrá como incorporación estrella de última hora al gobernador de Indiana, Mike Pence, confirmado el viernes como compañero de fórmula del empresario. Trump intenta sumar fuerzas con un gobernador con experiencia en Washington y curtido en batallas políticas contra el medio ambiente, los derechos de la comunidad LGTB o la libertad para abortar.
SEGURIDAD
Cleveland espera recibir a unos 50.000 visitantes con motivo de la convención y se prevén manifestaciones a favor y en contra del virtual candidato republicano, tal como ha venido ocurriendo durante estos últimos meses en los distintos estados por los que ha discurrido la caravana electoral.
Las autoridades locales preparan un dispositivo de seguridad sin precedentes, sufragado en parte con una ayuda federal de 50 millones de dólares y reforzado tras el atentado del 7 del julio en Dallas. Las personas que quieran acceder a las instalaciones donde tendrá lugar la convención no podrán portar "armas de ningún tipo", aunque en sus alrededores sí que estarán permitidas las armas de fuego, según CNN.
Los tribunales estarán abiertos 20 horas al día para hacer frente a un posible repunte de los procesos y se han habilitado los centros de detención para albergar a casi un millar de personas, informa 'The New York Times'. "Sabemos que habrá gente que venga sólo como agitadora. No para estar pacíficamente y expresar sus ideas", ha explicado el alcalde, Frank G. Jackson.
El FBI también ha investigado posibles amenazas derivadas del terrorismo --tanto interno como internacional--, aunque la agencia no ha detectado ninguna alerta específica dirigida contra la convención republicana.