MANILA 19 Abr. (Reuters/EP) -
El 73 por ciento de los filipinos temen que ellos mismos o alguna persona que conozcan puedan morir asesinados en el marco de la campaña de guerra contra la droga puesta en marcha por el presidente del país, Rodrigo Duterte, según una encuesta realizada por Social Weather Stations (SWS) y publicada este miércoles.
Según los datos del sondeo, el 78 por ciento de las 1.200 personas encuestadas aseguran estar satisfechas con la campaña del Gobierno contra las drogas, un respaldo que en la anterior encuesta, elaborada en diciembre de 2016, se situaba en el 85 por ciento.
En cambio, el número de filipinos insatisfechos con la guerra contra las drogas del presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha aumentado del ocho al 12 por ciento.
La encuesta de SWS también incluye preguntas sobre los "asesinatos extrajudiciales", un término al que tanto la Policía como el Gobierno de Filipinas se oponen fuertemente, insistiendo en que no se ha llevado a cabo ningún tipo de asesinato.
Aproximadamente una quinta parte de los encuestados, al menos el seis por ciento, considera que la Policía "probablemente" diga la verdad sobre las muertes de los sospechosos, mientras que el 14 por ciento cree que en realidad está mintiendo.
"Este es un golpe fuerte para la Policía Nacional de Filipinas", ha asegurado el director del Instituto para la Reforma Electoral y de la Policía, Ramón Casiple.
"No creo que estos datos tengan un impacto sobre el presidente sino sobre la Policía, cuyos miembros se han visto más involucrados en crímenes y asesinatos. Deben hacer más y convencer al público sobre las reformas mediante acciones y no mediante palabras", ha añadido Casiple.
La encuesta, que fue realizada del 25 al 28 de marzo, también ha mostrado que el 92 por ciento de los filipinos consideran importante que las autoridades capturen a los sospechosos de tráfico de drogas vivos en vez de matarles.
Al menos 9.000 personas han muerto en la guerra contra las drogas de Filipinas desde que Duterte asumió el cargo el 30 de junio de 2016. La Policía asegura que un tercio de las víctimas murieron por disparos de los agentes en defensa propia durante operaciones legítimas.