PARÍS 10 Oct. (Reuters/EP) -
Los sindicatos policiales en Francia han convocado protestas y movilizadciones para el próximo martes en protesta por la falta de medidas de seguridad con las que los agentes de Policía son enviados a zonas problemáticas de París que están bajo el control de las mafias, a raíz del ataque que se produjo el pasado sábado, en el que dos agentes de Policía salieron heridos tras ser atacados con cócteles molotov.
El incidente, en el que un grupo de unas 15 personas atacó el coche patrulla en el que estaban los dos agentes, ha generado un debate a nivel nacional sobre la seguridad de los cuerpos de Policía de cara a las elecciones presidenciales del año que viene. Algunos sectores de la oposición han llegado a pedir la dimisión del ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, por lo ocurrido.
"Estamos furiosos. Es surrealista que compañeros nuestros salgan heridos de una misión así", ha declarado Nicolas Comte, portavoz del segundo sindicato policial más grande de Francia, Unité SGP Police.
Los sindicatos han hecho un llamamiento a todos los agentes de Policía del país para que lleven a cabo protestas silenciosas frente a todas las comisarías de Francia a lo largo de la jornada del martes. También han convocado una huelga de brazos caídos en el área donde tuvo lugar el incidente para presionar la Gobierno francés sobre la falta de recursos que sufre la Policía.
"A pesar de todas las promesas, todavía existen zonas especialmente problemáticas en Francia que son controladas por distintos grupos de criminales y bandas que se vuelven cada vez más radicales con los años", ha declarado el sindicato SCSI-CFDT en un comunicado.
Después de dos años marcados por la violencia yihadista y aún con el estado emergencia declarado, el tema de la seguridad se ha convertido en uno de los ejes del debate político en Francia, especialmente de cara a las elecciones presidenciales y parlamentarias que tendrán lugar en abril de 2017.
El primer ministro francés, Manuel Valls, ha declarado que los atacantes serán perseguidos y castigados y ha insistido en que no existen ningún tipo de zonas "de paso prohibido" para la Policía en Francia. No obstante, lo sectores más conservadores acusan al presidente francés, François Hollande, de ser un "blando" a la hora de imponer el orden público.
"Un país fuerte es un país que no se retira, un país que elimina las zonas de paso prohibido", ha declarado el ex primer ministro Alain Juppé, favorito de cara a las primarias conservadoras y de centro para convertirse en el próximo presidente de Francia.
Los dos policías que fueron atacados tenían como misión vigilar desde su vehículo una cámara de vigilancia instalada por el ayuntamiento que había sido rota varias veces. La cámara se instaló para grabar una zona de la calle donde se habían producido numerosos atracos a motoristas.