MADRID, 26 Jul. (EUROPA PRESS) -
Singapur ha ejecutado este martes a un hombre singapurense de etnia malaya por traficar con cannabis en un caso que ha desatado la polémica y las críticas a nivel internacional después de que el país llevara a cabo varias ejecuciones mediante procedimientos controvertidos.
Las autoridades singapurenses mantienen en secreto los detalles sobre estas prácticas y no ofrecen tampoco información sobre la fecha de las ejecuciones, tal y como ha indicado el portal de noticias MalaysiaNow.
Fuentes de la prisión de Changi han indicado que únicamente algunos familiares han tenido acceso a información sobre la ejecución del hombre, que tenía 49 años y fue arrestado en 2015 por traficar con cannabis. Era uno de los 17 presos que había presentado una desmanda contra el Estado de Singapur por haber incurrido en sesgo racial a la hora de imponer la condena.
Las autoridades normalmente notifican a los familiares de los presos que van a ser ejecutados mediante cartas y por vía telefónica. Así, les informan de las horas de visita y les piden preparar los funerales.
Se trata de la sexta ejecución llevada a cabo este año en Singapur. Las voces críticas han alertado del clima de terror que viven los presos, especialmente después de que algunos abogados perdieran sus licencias por tratar de ayudarlos.
La ONU estima que más de 50 personas se encuentran en peligro de ser ejecutados en Singapur. La portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani, solicitó a finales de abril a las autoridades de Singapur dejar de lado este tipo de prácticas y ofrecer "clemencia" a los acusados, a los que podría "conmutar las penas y condenarlos a prisión".