MADRID, 15 May. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Siria ha enviado este miércoles una carta a Naciones Unidas para denunciar la ocupación de Israel en los Altos del Golán y rechazar la construcción de asentamientos en la zona.
El Ministerio de Exteriores sirio ha resaltado en su misiva que los Altos del Golán son "parte integral" del territorio del país y que "trabajará por todos los medios" para restaurar su control sobre la zona, según ha informado la agencia estatal siria de noticias, SANA.
La carta, enviada al secretario general de la ONU, António Guterres, y al Consejo de Seguridad del organismo internacional, manifiesta su rechazo a "la decisión (de Israel) de anexionar los Altos del Golán" y "sus políticas sobre el territorio y el saqueo de propiedades".
Por ello, ha reclamado al Consejo de Seguridad de la ONU que "actúe urgentemente para preservar la paz y la seguridad internacionales obligando a Israel a detener sus ilegales políticas en los asentamientos y medidas represivas contra la población en los ocupados Altos del Golán".
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, anunció el 23 de abril que pondrá el nombre del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a una nueva comunidad que será edificada en los Altos del Golán como agradecimiento al reconocimiento de Washington sobre su soberanía en la zona.
El domingo, Netanyahu desveló que la comunidad será mixta, con religiosos y laicos, y albergará a unas 120 familias. Estará situada en el norte de este territorio, en el mismo lugar donde se proyectó en 1992 crear otro asentamiento que finalmente no se materializó.
Ahora mismo hay 33 colonias en el Golán y la mayoría datan del periodo entre 1967 y 1977. En ellas viven unas 50.000 personas, de las cuales 23.000 son judíos y 27.000 no judíos.
Trump firmó el 25 de marzo una proclamación reconociendo la soberanía de Israel sobre los Altos del Golán, ocupados por el Ejército israelí durante la guerra de 1967, en el marco de una visita de Netanyahu a Washington.
Los Altos del Golán son un territorio que Israel arrebató a Siria durante la Guerra de los Seis Días (1967) y la Guerra del Yom Kipur (1973) y que se anexionó de forma efectiva en 1981, en un movimiento no reconocido por la comunidad internacional.
Este reconocimiento colmó otra de las aspiraciones israelíes, después de que el Gobierno de Trump trasladara la Embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén, reconociendo así a la Ciudad Santa como capital del país, en contra del consenso internacional sobre la necesidad de que su estatus se acuerde en un eventual diálogo de paz.