WASHINGTON 23 Jun. (EUROPA PRESS) -
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, ha afirmado este viernes que el Gobierno estadounidense ha decidido no armar a los rebeldes sirios, aunque ha matizado que otros países podrían haberlo hecho, según ha informado el diario británico 'The Guardian'.
"Tomamos la decisión de no dar asistencia letal en este momento. Sé que otros han tomado sus propias decisiones", ha manifestado el secretario de Defensa estadounidense. "Creo que es muy importante en estos momentos que todo el mundo se centre en una transición política suave y responsable", ha agregado.
"Si no hacemos esto de forma responsable, hay un riesgo real de que la situación allí (en Siria) deteriore a una terrible guerra civil", ha recalcado Panetta. Asimismo, ha mostrado su preocupación ante la posibilidad de que el armamento antiaéreo que desapareció de los arsenales libios durante el conflicto en ese país pueda llegar a Siria, aunque ha indicado que no hay informaciones que apunten en este sentido.
De igual forma, ha expresado su confianza en que las armas químicas sirias no están en riesgo. "Tenemos confianza en que estos sitios están asegurados. No tenemos pruebas de que ninguno de ellos haya sido amenazado o penetrado", ha añadido.
Este jueves, el diario estadounidense 'The New York Times' ha indicado que un pequeño grupo de oficiales de la CIA está operando en secreto en el sur de Turquía para ayudar a decidir qué combatientes de las fuerzas rebeldes sirias reciben armas al otro lado de la frontera para su lucha contra el Ejecutivo.
Las armas, entre las que se incluyen rifles, lanzagranadas, armas antitanque y munición, son introducidas a través de la frontera turca mediante una red de intermediarios, entre los que se encuentra el movimiento Hermanos Musulmanes sirio, pagada por Turquía, Arabia Saudí y Qatar.
Según estas informaciones, los agentes de la CIA llevan varias semanas en el sur de Turquía, en parte para evitar que las armas lleguen a combatientes vinculados a Al Qaeda y otros grupos terroristas. El Gobierno estadounidense ha dicho en reiteradas ocasiones que no entregará armas a los rebeldes, aunque sí ha reconocido que algunos países vecinos podrían estarlo haciendo.
Por su parte, Damasco ha denunciado múltiples veces a los gobiernos de Arabia Saudí, Qatar y Turquía de estar ayudando con armas y dinero a los rebeldes para llevar a cabo ataques en el país.
Hasta el momento, la imagen que ha querido transmitir Estados Unidos ha sido una limitada a la ayuda humanitaria y el respaldo diplomático a la oposición. Al mismo tiempo, ha criticado duramente a Rusia e Irán por supuestamente enviar armamento a las Fuerzas Armadas sirias, argumentando que la inyección de armas en el país podría provocar un incremento de la violencia.
Pese a ello, el presidente estadounidense, Barack Obama, pidió en marzo al Pentágono que preparara un amplio rango de operaciones militares dentro de un plan de contingencia. En el abanico de posibilidades se contempla el lanzamiento aéreo de ayuda humanitaria, la vigilancia aérea de las tropas sirias y el establecimiento de una zona de exclusión aérea similar a la impuesta en Libia en 2011.