MADRID 1 Sep. (EUROPA PRESS) -
El representante de Siria ante Naciones Unidas, Bashar al Yaafari, ha rechazado este miércoles las acusaciones del organismo sobre el uso de armas químicas por parte del Ejército, agregando que el informe "no tiene pruebas sobre el uso de gas cloro".
Al Yaafari ha recalcado que las conclusiones del informe "no son convincentes", argumentando que "se basan en declaraciones de testigos afiliados a grupos terroristas armados", según ha informado la agencia estatal siria de noticias, SANA.
En este sentido, ha manifestado que el documento "no contiene pruebas materiales, ya sean muestras o informes médicos que respalden el uso de gas cloro".
Pese a ello, Al Yaafari ha dicho que el Gobierno sirio "continuará cooperando con el Mecanismo Conjunto de Investigación, al tiempo que continuará con sus pesquisas, resaltando que "Siria tiene un gran interés en conocer la verdad".
La investigación conjunta de Naciones Unidas y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW), publicada esta semana, concluyó que el Gobierno de Bashar al Assad es responsable de al menos dos ataques con gas tóxico en Siria.
El informe de la ONU y la OPCW también sostiene que la organización terrorista Estado Islámico, que controla amplias zonas del norte de Siria, ha usado gas mostaza.
Las pesquisas, autorizadas unánimemente por el Consejo de Seguridad de la ONU, se han centrado en nueve ataques realizados en siete zonas de Siria en los que una investigación propia de la OPCW determinó que era probable que se hubieran usado armas químicas.
Un total de ocho de los ataques investigados fueron ejecutados con gas de cloro y, si bien seis de ellos han quedado inconclusos, los organismos han recalcado que tres de ellos requieren mayores investigaciones.
Así, el documento determina que hay información suficiente para afirmar que helicópteros del Ejército lanzaron dispositivos que liberaron sustancias tóxicas en Talmenes el 21 de abril de 2014 y en Sarmin el 16 de marzo de 2015. Ambas localidades están en la provincia de Idlib.
Asimismo, apunta a la existencia de pruebas suficientes como para concluir que Estado Islámico fue "la única entidad con capacidad, motivos y medios para usar gas mostaza en Marea el 21 de agosto de 2015".
El cloro, un componente habitual en la industria, se vende de forma legal, pero su uso como arma viola la Convención de Armas Químicas. Este elemento fue utilizado de forma indiscriminada durante la Primera Guerra Mundial, incluida la batalla de Ypres, cuando las fuerzas germanas usaron 160 toneladas de cloro para matar a miles de soldados franceses y aliados.
No es la primera vez que se constata el uso de este tipo de arsenales en la guerra siria. En 2013, una sucesión de ataques químicos de los que Gobierno y oposición se acusaron mutuamente suscitó un acuerdo entre Rusia y Estados Unidos para que el Gobierno de Al Assad entregara estas armas a la comunidad internacional con el mandato de destruirlas.