MADRID, 4 Nov. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Egipto, Abdelfatá al Sisi, ha defendido este miércoles las duras leyes de seguridad aprobadas en el país, argumentando que son necesarias para hacer frente al extremismo y defendiendo que está llevando el país hacia la democracia.
"Queremos algo de estabilidad. No queremos hacerlo por la fuerza, queremos regular y organizar la sociedad", ha sostenido, apuntando que las voces occidentales críticas tienen que reconocer las amenazas a las que hace frente el país, entre las que ha citado el yihadismo.
"Pon en Egipto el ambiente existente en Europa y nunca sería necesario nada de este tipo", ha dicho. "Lo que millones de egipcios quieren es un nivel de vida decente", ha recalcado, en una entrevista concedida a la cadena de televisión británica BBC antes de iniciar su primera visita oficial a Reino Unido.
Así, ha manifestado que su Gobierno "quiere cumplir la voluntad del pueblo egipcio". "Han pedido cambio desde hace cuatro años. Queremos honrar su elección y haremos todo lo posible para lograr un mejor futuro democrático para ellos", ha añadido.
"Lo que ha sido logrado podría no ser lo mejor, pero al menos estamos avanzando y lograremos nuevos progresos", ha destacado, puntualizando que si bien "es correcto comprobar el estado de los Derechos Humanos, sería mejor preguntar sobre los millones que están en una situación económica difícil".
Por último, ha hecho referencia a la situación de la organización islamista Hermanos Musulmanes, declarada como un grupo terrorista, resaltando que "es parte de Egipto, por lo que el pueblo egipcio debe decidir qué papel debe jugar", sin dar más detalles al respecto.
El clima político en el país, marcado por la represión contra Hermanos Musulmanes y los grupos revolucionarios que encabezaron las protestas que provocaron la caída del Gobierno de Hosni Mubarak en 2011, ha hecho temer un regreso al antiguo régimen.
La campaña se ha saldado por el momento con miles de encarcelados y condenados --cientos de ellos a muerte-- por diversos cargos en juicios que han sido denunciados por las ONG internacionales por su falta de transparencia.
Asimismo, la situación está marcada por la campaña de atentados perpetrados en varios puntos del país, especialmente en la península del Sinaí, ataques reclamados en su gran mayoría por Provincia del Sinaí, rama en el país del grupo yihadista Estado Islámico.
Al Sisi ha hecho uso de la lucha antiterrorista para dotar de una pátina de legitimidad a su Gobierno, aprovechando el temor en la comunidad internacional al avance de los grupos extremistas para recortar derechos y libertades en nombre de la seguridad.