MADRID, 16 Jun. (EUROPA PRESS) -
Desde comienzos de este año ya son más de 55.000 los refugiados que han alcanzado las costas helenas en botes hinchables y de madera, y a pesar de los esfuerzos de las autoridades locales sus condiciones una vez que pisan tierra firme son cada vez peores, ha denunciado este martes un portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), William Spindler.
Cientos de refugiados llegan cada día a las islas griegas partiendo principalmente de Turquía. La mayoría han alcanzado las islas de Lesbos, Chios, Kos, Leros y Samos. Casi todos ellos, un 90 por ciento, huyen de países inmersos en guerras y conflictos como Siria o Somalia, según ACNUR.
"Se espera que el número de llegadas aumente todavía más este verano, cuando las condiciones del tiempo sean mejores", ha advertido Spindler. "La Policía, los guardacostas y las autoridades locales han proporcionado personal y material adicional, pero la respuesta continúa siendo insuficiente", ha agregado.
Ciudadanos, voluntarios locales y miembros de varias ONG han cooperado en la distribución de comida, agua, zapatos y ropa para los refugiados. En la isla de Lesbos, donde se están produciendo la mayor parte de las llegadas, cientos de hombres, mujeres y niños tienen que caminar más de 70 kilómetros para ser identificados y registrados. Entretanto, varios informes apuntan que los voluntarios locales de Lesbos están siendo amenazados con arrestos por parte de la Policía por ayudar a los refugiados.
"El centro de llegada de la aldea de Moria está hacinado y muchos refugiados están acampando afuera", ha agregado el portavoz. Además ha detallado que el centro de Mersinidi, en la isla de Chios, triplica su capacidad, con otras 400 personas estancadas alrededor de éste. "Las condiciones tanto dentro como fuera del centro son inadecuadas", ha advertido.
DE INMIGRANTES A REFUGIADOS
A este respecto el alcalde de Atenas, Giorgos Kaminis, ha pedido este martes ayuda al Gobierno central y a sus socios de la eurozona y ha advertido de que la situación podría "entrar en una espiral fuera de control". "La situación ya es crítica pero podría volverse extremadamente grave", ha señalado.
Kaminis ha asegurado que entre los nuevos refugiados que llegan existen cientos de familias enteras con niños. "Hay un gran vacío en la ley de inmigración", ha denunciado el alcalde. "Hemos pasado de un problema de inmigrantes a un problema de refugiados", ha sentenciado, según recoge el diario 'Kathimerini'.