MADRID 16 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Asamblea General de la ONU debe actuar con decisión para condenar las violaciones de Derechos Humanos en Corea del Norte, según ha instado la ONG Human Rights Watch (HRW), que ha denunciado la impunidad y la falta de justicia para las víctimas de los crímenes contra la Humanidad llevados a cabo bajo el poder de la familia Kim en el país.
La organización ha destacado, en el marco del quinto aniversario de la muerte del líder norcoreano Kim Jong Il, la necesidad de que la comunidad internacional refuerce la presión sobre las autoridades del país para condenar la vulneración de los derechos de los ciudadanos.
"El mandato de Kim Jong Il debería ser recordado por su brutalidad y represión, las cuales provocaron la muerte de millones de personas durante años de hambruna a mediados de los años 90", ha indicado el subdirector de HRW para Asia, Phil Robertson.
"En vez de honrar su memoria durante el quinto aniversario de su muerte, los ciudadanos norcoreanos deben exigir que aquellos responsables de los crímenes de guerra cometidos bajo su poder sean llevados ante un tribunal internacional", ha manifestado.
"También deberían reivindicar que se tomen medidas contra las violaciones de Derechos Humanos que siguen produciéndose bajo el liderazgo de Kim Jong Un", ha añadido Robertson, que ha señalado que la ONU debe adoptar una resolución consensuada sobre la situación de los Derechos Humanos en Corea del Norte.
Kim Jong Il accedió al poder en 1994, después de la muerte de su padre, Kim Il Sung. Las brutales políticas impuestas por Kim Jong Il, así como su mala gestión de la economía del país, provocaron una terrible hambruna, que se saldó con la muerte de millones de personas, según ha denunciado la organización.
HRW ha afirmado que la vulneración de los Derechos Humanos durante el Gobierno de Kim Jong Il incluía la estricta limitación del acceso a la información y la restricción a la libertad de movimiento, lo que provocó que miles de personas se vieran obligadas a permanecer en el país durante la hambruna.
Además, Kim Jong Il estableció que abandonar Corea del Norte sin permiso constituía un acto de traición, lo que supuso la tortura, detención y envío a campos de concentración de todos aquellos que fueron interceptados tratando de huir del país.
En febrero de 2014, una Comisión de Investigación de la ONU estimó que bajo el poder de la familia Kim se habían cometido de forma sistemática torturas, detenciones ilegales, exterminaciones y violaciones sistemáticas, entre otros abusos.
La comisión recomendó entonces que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas remitiera el caso al Tribunal Penal Internacional (TPI) y presionara para que se interpusieran sanciones a nivel individual contra aquellos responsables de las violaciones de los Derechos Humanos en Corea del Norte.
En noviembre, el Tercer Comité de la Asamblea General, que ha condenado el programa nuclear de Corea del Norte, aprobó una resolución sobre la situación de los Derechos Humanos. La próxima semana, el organismo se reunirá para votar una resolución que condene este tipo de abusos.
"La justicia para las víctimas del terrorífico historial de Kim Jong Il se encuentra muy atrasada", ha aseverado Robertson. "La actitud de Pyongyang en relación con la celebración del quinto aniversario de su muerte muestra una completa falta de respeto por los Derechos Humanos", ha añadido.