NUEVA YORK, 11 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Embajada de EEUU en Kabul ha confirmado la detención del soldado estadounidense presuntamente responsable de la muerte de al menos 17 civiles cerca de la base de Kandahar (sur de Afganistán) en la que estaba destinado, mientras intenta confirmar datos más concretos de la masacre.
"El incidente se encuentra pendiente de investigacióne y un miembro del servicio militar de Estados Unidos ha sido detenido", indicó la Embajada estadounidense en su cuenta de Twitter, donde ha transmitido sus "más profundas condolencias a las víctimas del trágico tiroteo".
"Deploramos todo ataque realizado por un miembro de las Fuerzas Armadas contra civiles inocentes y denunciamos cualquier tipo de violencia contra los civiles inocentes", añadió la legación. "Garantizamos al pueblo de Afganistán que el individuo o individuos responsables de este acto serán identificados y llevados ante la justicia", concluyó la Embajada.
El número de 17 víctimas mortales fue proporcionado por un integrante del Consejo Provincial de Kandahar que ha visitado el lugar del tiroteo, en la localidad de Panjwai, según informó la cadena panárabe Al Yazira.
Otras fuentes oficiales afganas consultadas por el diario 'The Wall Street Journal' proporcionan un balance de diez muertos y seis heridos, aunque reconocen que podría ser mayor. La oficina del gobernador cifra las víctimas mortales en siete, al menos.
La OTAN ha informado de que entre cuatro y seis personas han resultado heridas, pero no ha confirmado víctimas mortales, según el portavoz de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad en Afganistán (ISAF), el capitán Justin Brockhoff.
Brockhoff, que calificó el incidente de "espantoso", informó de que los heridos están recibiendo atención médica en instalaciones de la coalición", explicó a Al Yazira. "En este momento no podemos especular sobre los motivos del soldado", añadió.
Fuentes policiales precisan que el soldado abandonó la base a las tres de la madrugada del domingo --hora local-- y procedió a abrir fuego contra los residentes de varias viviendas cercanas a la base militar de Zangabad (originalmente bajo mando canadiense pero que pasó a manos de EEUU en enero del año pasado).
Este incidente tiene lugar en un momento especialmente tenso de las relaciones entre Estados Unidos y Afganistán tras el hallazgo de varios ejemplares del Corán quemados en la base estadounidense de Bagram, una ofensa gravísima que desató numerosas protestas en todo el país, que se saldaron con 30 fallecidos, entre ellos dos oficiales estadounidenses muertos a tiros por un presunto infiltrado talibán dentro del Ministerio del Interior en la capital, Kabul.