MADRID, 19 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de antiguos soldados del Ejército de Colombia está reconociendo estos días haber cometido asesinatos a cambio de todo tipo de prebendas, dentro del conocido escándalo de los 'falsos positivos', por el que se premiaba a los militares a cambio de matar civiles y hacerles pasar por guerrilleros abatidos.
Yeris Gómez Coronel ha reconocido que su primer 'falso positivo' fue a cambio de 100.000 pesos colombianos (22 euros) y arroz chino para todo el batallón. "Vengo a reconocer mi responsabilidad por los crímenes que cometí cuando fui miembro del Ejército Nacional", ha dicho.
Doce antiguos soldados del Batallón La Popa del Ejército de Colombia están reconociendo frente a las víctimas y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en Valledupar, en el departamento de Cesar, su participación en el asesinato de civiles a cambio de premios, el conocido como Caso 03 --'Muertes ilegítimamente presentadas como bajas en combate por agentes del Estado'-- cifradas en 6.402.
"En esta alianza entre los paramilitares y miembros del Batallón La Popa fueron asesinados civiles e indígenas inocentes, así como excombatientes de la región del Cesar y la Guajira", ha reconocido el soldado Gómez Coronel. En total son 127 los civiles que fueron ajusticiados ilegalmente por este escuadrón del Ejército.
"Mis manos están manchadas de sangre (...) fui un monstruo que fue entrenado en el Batallón La Popa para matar a civiles e indígenas", ha entonado Gómez Coronel frente a las familias de las víctimas ante las cuales ha reconocido que no eran guerrilleros, sino simples civiles y campesinos, informa Caracol Radio.
Gómez Coronel ha contado que los asesinatos fueron ordenados por el coronel retirado José Pastor Ruiz Mahecha, que junto a los también jefes militares Publio Hernán Mejía y Juan Carlos Figueroa están imputados en este caso de la JEP. A diferencia de los doce soldados, no han reconocido los hechos.
"Daban viajes para Cartagena, San Andrés, daban pistolas como premio, fiestas y también daban reuniones con trabajadoras sexuales. Es un crimen de Estado porque hasta el presidente de la república entonces, Álvaro Uribe Vélez, pedía resultados", ha narrado.
Otro de los soldados que ha comparecido es Juan Carlos Soto Sepúlveda, quien ha reconocido que decapitó a una de sus víctimas. "Lo asesiné, lo dejé sin cabeza a ese pobre muchacho, quedó irreconocible, yo no sé ni como lo subieron al carro, cuando lo hicieron se le cayó media cara al suelo", ha relatado.
Esta previsto que este martes, el resto de implicados comparezcan ante la JEP.
En junio de 2018, la JEP recibió el expediente de la Fiscalía, donde se cifraban en 2.248 las víctimas de 'falsos positivos' entre 1988 y 2014. Sin embargo, la investigación del tribunal de paz, que se extendió en los últimos dos años, ha elevado ese número hasta los 6.402. Asimismo, la mayoría de las ejecuciones extrajudiciales habrían ocurrido en un período temporal más corto, entre 2002 y 2008 --los primeros seis años de mandato de Álvaro Uribe--.