Urge a los gobiernos a garantizar el suministro de agua, así como saneamiento e higiene
MADRID, 7 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha advertido este miércoles de que "sólo uno de cada tres" países de África Occidental y Central "está listo para recibir a los niños de forma segura en las escuelas", y pide a los gobiernos que aceleren la reapertura de estas "con medidas claras de salud pública, higiene y saneamiento".
En este sentido, UNICEF ha pedido a través de un comunicado que se dé prioridad a la educación en los planes de recuperación de las naciones africanas tras la pandemia "para reducir el impacto negativo de la crisis en los niños y en las economías nacionales".
Seis meses después del inicio de la pandemia que obligó a todos los países de África Occidental y Central a cerrar sus escuelas como parte de las medidas de confinamiento para frenar la expansión del virus, solo siete de los 24 países que la conforman han podido preparar y reabrir las escuelas para el nuevo curso académico.
Benín, Burkina Faso, Cabo Verde, Chad, Congo, Guinea Ecuatorial y Sierra Leona son las naciones que los datos de UNICEF señalan han reabierto los centros educativos, mientras que la organización insta a los 17 restantes a incrementar sus esfuerzos para que "las escuelas estén físicamente preparadas para una reapertura segura".
Esto incluye suministro de agua, así como saneamiento e higiene. "La COVID-19 ha interrumpido la educación de millones de niños en África Occidental y Central, una región que ya afrontaba muchos desafíos para brindar una educación de calidad a los niños, incluso en contextos humanitarios", ha explicado la directora regional de UNICEF para África Central y Occidental, Marie-Pierre Poirier.
"Cada día que pasa, millones de niños y jóvenes que no pueden acceder de forma segura a oportunidades de aprendizaje están viendo cómo su derecho a la educación no se cumple y se está poniendo en riesgo su futuro", ha incidido.
GARANTIZAR LA VUELTA SEGURA
La organización considera "esencial" que los gobiernos, más que nunca, "garanticen especialmente los recursos económicos que los maestros (incluidos aquellos que son voluntarios) necesitan para que los niños sigan aprendiendo".
En medio de la pandemia, cuando el lavado de manos con jabón es una de las medidas más eficaces, "más de la mitad de todos los niños del mundo que carecen de instalaciones para el lavado de manos en las escuelas son de África Subsahariana". Según los datos de UNICEF, en Guinea Bissau, solo el 12% de las escuelas tienen acceso a lavado de manos básico con agua y jabón, en Níger constituyen el 15%, en Senegal el 22% y en Burkina Faso el 25%.
A esto se suma las condiciones en las que se imparten las clases, ya que "en toda la región a menudo las aulas están masificadas y hay una carencia de profesores formados".
Mientras las medidas de confinamiento impedían a los niños acudir a las aulas, varios países desarrollaron mecanismos para estudiar a distancia, como a través de la radio, televisión, internet o material impreso. No obstante, "esto no llegó a todos los niños", ya que al menos el 48 por ciento de los escolares no pudo acceder a la educación a distancia.
MÁS DESIGUALDADES TRAS LA PADEMIA
Estas cifras y contextos "han agrandado las desigualdades en el acceso a oportunidades de aprendizaje", a lo que se suma las situaciones de conflicto, violencia y otras emergencias que se afrontan en varios países de la región. De hecho, 2,1 millones de niños no podía acudir a sus aulas en diciembre de 2019 porque estaban cerradas debido a conflictos.
Antes de la pandemia de la COVID-19, el acceso de los niños a oportunidades educativas en esta región era "desigual", con alrededor de 41 millones de niños y adolescentes sin escolarizad, según los datos de Naciones Unidas, lo que supone un tercio del total de los niños sin escolarizar del mundo.
El cierre de las escuelas "tiene consecuencias negativas en el aprendizaje de los niños y en su bienestar", aunque las niñas son las que "pagan el precio más alto". La experiencia demuestra que "cuanto más tiempo estén los niños fuera de la escuela, más posibilidades tienen de abandonarla por completo", ha añadido UNICEF.
A esto se suma que, cuanto más tiempo pasan los niños fuera de las aulas, mayores son las probabilidades de que puedan ser reclutados por grupos armados, de ser víctimas de matrimonio infantil, de embarazos adolescentes o de sufrir otras formas de explotación y abuso, denuncia la organización de Naciones Unidas.