GINEBRA 26 Sep. (Reuters/EP) -
La zona controlada por los rebeldes sirios en Alepo cuenta únicamente con la asistencia de una treintena de médicos, a pesar de que hasta 300.000 personas podrían seguir atrapadas bajo los constantes bombardeos del régimen de Bashar al Assad.
La Sociedad Médica Árabe Siria (SAMS) ha alertado en Ginebra de las graves necesidades que existen en Alepo, donde más de 280 personas habrían perdido la vida en los últimos tres días. Sólo el domingo, 400 personas resultaron heridas, entre ellas 61 niños.
"Treinta médicos siguen en el este de la ciudad de Alepo", ha afirmado el pediatra Abd Arrahman Alomar. Las mujeres embarazadas y los alrededor de 85.000 niños que están atrapados tienen a su disposición únicamente un ginecólogo y dos pediatras.
Las zonas rebeldes cuentan con ocho centros médicos operativos, algunos de ellos funcionando a escondidas. "Vamos a las montañas, trabajamos bajo tierra, e incluso en las montañas y bajo tierra somos atacados", ha lamentado Alomar.
Sin apenas equipos o medicinas para atender urgencias, decenas de vida corren peligro. Al menos 40 personas precisan una evacuación urgente, según el personal local.
AL ASSAD, RESPONSABLE
Una portavoz de Médicos por los Derechos Humanos, Elise Baker, ha denunciado los ataques "sistemáticos" contra hospitales y personal médico y ha señalado como responsable al régimen de Bashar al Assad, que además "ha dejado sin acceso a la atención sanitaria a cientos de miles de sirios, sino millones".
Desde que comenzó el conflicto en marzo de 2011 y hasta junio de 2016, el grupo ha documentado al menos 382 ataques contra 269 instalaciones médicos. Un 90 por ciento de estas acciones serían obra de las fuerzas sirias o rusas.
El relator especial de la ONU para el derecho a la atención sanitaria, Dainius Puras, ha recordado que los ataques intencionados contra objetivos médicos, una "impactante marca" de esta guerra, suponen un crimen de guerra e incluso contra la Humanidad.