MADRID, 15 Mar. (EDIZIONES) -
Más de 42.000 refugiados e inmigrantes se agolpan en Grecia sin poder seguir su ruta hacia Europa. Tratar de poner rostro a todos ellos es lo que intenta hacer cada mes el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) mediante encuestas en las que se les pregunta por su vida antes de la guerra.
Los refugiados que huyen de Siria y llegan a las fronteras europeas son una pequeña fracción en comparación con los que quedan desplazados dentro de las fronteras de Siria o tratan de salir adelante en países vecinos, como Turquía o Jordania.
Todos ellos comparten una característica común: han logrado los suficientes recursos como para pagarse el coste de un viaje a Europa, la mayoría pidiendo dinero a amigos o familiares. La mayor parte de los adultos tiene estudios universitarios o de Secundaria y abandonaron trabajos en su tierra para huir de la violencia.
En febrero, 56.000 personas cruzaron el Mediterráneo huyendo de la violencia y llegaron a Grecia. Repasamos en seis gráficos cómo son estas personas, de acuerdo a una encuesta realizada por ACNUR en febrero a ciudadanos sirios:
Los refugiados que llegan a Grecia tienen un nivel educativo alto: al menos el 48% tienen nivel educativo universitario o bachillerato y otro 25 por ciento cuenta con educación secundaria. Para los más jóvenes, la guerra ha interrumpido su educación. El 27 por ciento de todos los encuestados son estudiantes y el 73 por ciento han tenido que interrumpir sus estudios.
Las respuestas de los refugiados cuando se les pregunta por sus profesiones en su país de origen es una muestra de la amplia variedad de profesionales que han visto truncado su carrera laboral por la guerra. Hay médicos, profesores, trabajadores del sector servicios, estudiantes...
Los refugiados que llegan a Grecia cuentan con los suficientes recursos como para pagarse un trayecto que no se pueden permitir todos los que huyen del país. Seis de cada diez refugiados que llegan a las costas helenas han obtenido el dinero de su familia o amigos, mientras que otro 19 por ciento ha tenido que vender parte de sus bienes.
Otro indicio de la capacidad adquisitiva de los refugiados que llegan a Grecia es el lugar en el que han permanecido en los países por los que han pasado antes de llegar a Europa. La gran mayoría de aquellos que han vivido más de un mes en un país de tránsito, como Turquía, lo han hecho en casa privadas (el 90,5%), mientras que sólo un 3,4% lo han hecho en un campo de refugiados.
Tras pedir prestado dinero a familia o amigos y abandonar sus estudios o trabajo, los refugiados emprenden un camino que no es fácil. Durante su ruta, un 19 por ciento afirma que ha sufrido o ha sido testigo de explotación laboral o económica de las mafias y negocios creados alrededor de su movimiento.
La guerra de Siria ha provocado más de 4,8 millones de refugiados registrados, según los datos de ACNUR. La mayor parte viven en países cerca de lo que fue su hogar: Turquía (2,7 millones), Líbano (1 millón), Jordania (630.000) o Irak (246.000).
La decisión de que los refugiados se arriesguen aún más y decidan tomar la ruta hacia Europa alejándose de Siria está en muchas casos motivada por razones ajenas a su voluntad: como la imposibilidad de trabajar o la violencia.
En general, se trata de una inmigración joven. El 34 por ciento de los que llegan a Grecia son menores de 14 años y seis de cada 10 refugiados no superan los 24 años. El 88 por ciento viaja al menos con un miembro cercano de su familia.