Sudán del Sur accede al despliegue de 4.000 'cascos azules' adicionales

Militares de la UNMISS
REUTERS
Actualizado: domingo, 4 septiembre 2016 21:54

YUBA 4 Sep. (Reuters/EP) -

El Gobierno de Sudán del Sur ha accedido este domingo al despliegue de 4.000 nuevos 'cascos azules' y evitar así el embargo de armas con el que amenazaba a Yuba el Consejo de Seguridad del a ONU. El Gobierno ha matizado que los detalles del despliegue aún están por concretar.

El anuncio ha sido realizado tras un encuentro entre el presidente sursudanés, Salva Kiir, y representantes del Consejo de Seguridad con la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Samantha Power, a la cabeza.

El Consejo de Seguridad había aprobado ya el despliegue de los 4.000 militares extras integrados en la Misión de Naciones Unidas en Sur de Sudán (UNMISS).

"Para mejorar la situación de la seguridad, el Gobierno de Transición de Unidad Nacional ha dado su consentimiento al despliegue, como parte de la UNMISS, de la fuerza de protección regional", han informado el Gobierno sursudanés y el Consejo de Seguridad de la ONU en un comunicado conjunto.

Ahora los países que aportan tropas y medios a esta fuerza regional, la UNMISS y el Gobierno "seguirán trabajando las modalidades del despliegue", explica el comunicado.

"La cuestión ahora es conseguir que este papel sea operativo", ha afirmado Power en declaraciones a la prensa tras la reunión con Kiir. "Ahora tenemos que convertirlo en medidas para mejorar la vida de la gente necesitada", ha añadido.

La Autoridad Intergubernamental sobre el Desarrollo de África Oriental (AIDEO) ha impulsado la formación de una fuerza de protección regional y se ha comprometido a aportar las tropas necesarias y el ministro de Asuntos Ministeriales sursudanés, Martin Elia Lomoro, ha señalado que el Gobierno no tiene ninguna reserva con los países que aportan soldados.

El nuevo despliegue fue autorizado por el Consejo de Seguridad tras varios días de violentos enfrentamientos entre tropas leales al presidente, Salva Kiir, y a su entonces vicepresidente y rival político, Riek Machar, que hicieron saltar todas las alarmas sobre una posible guerra interna.