Camisas Rojas en Tailandia
Reuters
Actualizado: jueves, 31 agosto 2017 11:25


BANGKOK, 31 Ago. (Reuters/EP) -

El Tribunal Supremo de Tailandia ha ratificado este jueves los fallos anteriores en los que se desestimó el caso contra el ex primer ministro Abhisit Vejjajiva por la brutal represión de las manifestaciones contra su Gobierno que tuvieron lugar en 2010 y se saldaron con más de 90 muertos.

Las revueltas de hace siete años fueron las más violentas en décadas de enfrentamientos entre los partidarios de la poderosa familia Shinawatra, que cuenta con dos ex primeros ministros --los hermanos Thaksin y Yingluck--, y la élite conservadora de la nación asiática.

Abhisit y su 'número dos', Suthep Thaugsuban, fueron acusados de homicidio y tentativa de homicidio por ordenar a las fuerzas de seguridad que reprimieran con contundencia a los 'camisas rojas', la base popular de los Shinawatra, para poner fin a dos meses de protestas en las calles de Bangkok.

Tribunales inferiores rechazaron el caso, durante el Gobierno de Yingluck Shinawatra, por considerar que el Departamento de Investigaciones Especiales de la Policía no tenía jurisdicción sobre los hechos.

El Supremo ha ratificado este jueves los fallos anteriores, esgrimiendo que cualquier caso contra Vejjajiva debe proceder de la Comisión Nacional Anticorrupción.

"Los 'camisas rojas' creen que hay un doble estándar en el sistema de justicia de Tailandia", ha dicho Thanawut Wichaidit, portavoz del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura, pro Shinawatra.

Yingluck Shinawatra fue derrocada en 2014 mediante un golpe de Estado militar tras semanas de manifestaciones antigubernamentales de los 'camisas amarillas', que respaldan a la élite conservadora.

La rivalidad entre dinastías políticas y los casos judiciales en torno a ellas son la principal causa de inestabilidad en la política tailandesa.

La ex primera ministra huyó la semana pasada de Tailandia hacia un destino aún desconocido poco antes de que el Supremo fallara sobre la acusación de negligencia en su contra, que podría costarle diez años de cárcel.

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