ANKARA, 12 Nov. (Reuters/EP) -
Las actividades de 370 ONG, entre ellas organizaciones infantiles y de Derechos Humanos, han sido suspendidas en Turquía debido a sus presuntas vinculaciones a grupos terroristas, ha informado el Gobierno turco mientras amplía la purga que comenzó tras el fallido golpe de Estado en julio.
El viceprimer ministro, Numan Kurtulmus, ha anunciado a través del Ministerio del Interior que defiende la prohibición de las actividades de estas ONG, las cuales operaban en todo el país. "Las organizaciones no se han cerrado, han sido suspendidas. Hay sólidas pruebas de que están vinculadas a organizaciones terroristas", declaró el viernes.
"Turquía tiene que combatir el terrorismo en muchos frentes distintos. Tenemos que intentar despejar las instituciones estatales de los gulenistas. Al mismo tiempo estamos luchando contra los milicianos kurdos y Estado Islámico", ha manifestado Kurtulmus este sábado.
De las 370 asociaciones afectadas por la inhabilitación el pasado viernes, 153 estaban supuestamente vinculadas al movimiento de Gulen, 190 al grupo de milicianos kurdos PKK, 19 a la organización marxista-leninista turca Partido Revolucionario Liberación del Pueblo y ocho a Estado Islámico, ha informado el ministro del Interior.
El ministro ha añadido que las investigaciones de los grupos continuarán y ha prometido "determinación para luchar contra todo tipo de estructuras, grupos e instituciones vinculadas a organizaciones terroristas". Entre los grupos afectados había cuerpos representativos de abogados y el Sindicato de Colegios de Abogados de Turquía ha votado por "luchar contra cualquiera intervención ilegal que afecte a los despachos jurídicos". "Para nosotros es imposible aceptar la clausura o cese de las actividades de las organizaciones sin ninguna sentencia judicial democrática", ha añadido el sindicato.
Más de 110.000 personas han sido destituidas o suspendidas de su trabajo y 37.000 han sido arrestadas desde que tuvo lugar el fallido golpe de Estado por supuestos vínculos con Estados Unidos, donde reside actualmente el clérigo disidente Fetulá Gulen, a quien Ankara culpa por conspiración. Gulen niega las acusaciones.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha proclamado la red del clérigo disidente como la "Organización de terror gulenista" y afirma que es crucial actuar de forma severa para deshacerse de los infiltrados en las instituciones estatales que buscan derrocar al Gobierno.
La magnitud de las purgas ha alarmado a los aliados occidentales de Turquía y a los inversores extranjeros. Los grupos de Derechos Humanos y la oposición turca han afirmado que Erdogan está utilizando el golpe de Estado como pretexto para silenciar a todos los disidentes en la UE.