MADRID, 8 Nov. (EUROPA PRESS) -
La consejera de estado de Birmania y líder 'de facto' del país, Aung San Suu Kyi, ha criticado este miércoles al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por su último comunicado sobre la situación en el estado de Rajine (oeste), afirmando que "podría dañar las negociaciones" con Bangladesh sobre el retorno de los cientos de miles refugiados rohingya huidos del país.
El Consejo de Seguridad de la ONU instó el lunes al Gobierno de Birmania a "garantizar que no haya un mayor uso excesivo de la fuerza militar en el estado de Rajine", de donde han huido más de 600.000 miembros de la minoría musulmana rohingya.
"El Consejo de Seguridad pide al Gobierno de Birmania que garantice que no haya un mayor uso excesivo de la fuerza militar en el estado de Rajine, restaurar la administración civil y aplicar el Estado de Derecho y dar pasos inmediatos acordes con sus obligaciones y compromisos de respeto de los Derechos Humanos", especificó en su comunicado.
Además, el Consejo de Seguridad apuntó a la "responsabilidad primaria" del Gobierno birmano para "proteger a su población" teniendo en cuenta los Derechos Humanos y ha planteado la necesidad de investigar de forma transparente las denuncias de crímenes y pide en ese sentido al Gobierno colaboración con los organismos de la ONU. Birmania ha rechazado permitir la entrada en el país de una comisión de investigación de la ONU.
El documento del Consejo de Seguridad denunció asimismo el rápido deterioro de la situación humanitaria y alerta de que el creciente número de desplazados "tiene un impacto desestabilizador en la región". Así, pidió que Birmania autorice el acceso seguro de ayuda humanitaria.
La ONU ha puesto la violencia de las últimas diez semanas como ejemplo de limpieza étnica. El Gobierno birmano, sin embargo, niega estas acusaciones y defiende su legítima respuesta militar a la actividad de grupos armados rohingyas.
En respuesta, Suu Kyi ha dicho que "lamenta" el comunicado del Consejo de Seguridad de la ONU, recalcando que "la situación está en proceso de ser resuelta de forma amistosa por dos países vecinos", en referencia a Birmania y Bangladesh.
"El comunicado ignora el hecho de que los asuntos a los que hacen frente Birmania y Bangladesh sólo pueden ser resueltos de forma bilateral, amistosa y entre dos países vecinos", ha reiterado.
Así, ha desvelado que ambos países "han alcanzado un acuerdo y firmado dos documentos clave que impactarán positivamente en la seguridad fronteriza", recalcando que existe "una coordinación cercana (...) para el regreso de los desplazados de Rajine".
Suu Kyi, ganadora de un Premio Nobel, ha tenido que hacer frente a enormes críticas a nivel internacional por no haber actuado contra unas operaciones militares a gran escala lanzadas el 25 de agosto tras una serie de ataques de milicianos rohingya contra puestos de control de las fuerzas de seguridad.
La campaña, que se saldó con más de 400 muertos y 600.000 desplazados, ha sido descrita por la ONU como una campaña de "limpieza étnica", y en la misma fueron incendiadas cientos de aldeas de mayoría rohingya, según varias ONG internacionales.
Birmania ha rechazado las acusaciones, alegando que sus fuerzas de seguridad lanzaron una campaña para acabar con la insurgencia rohingya tras los citados ataques contra los puestos de control.
Los rohingya son una minoría étnica de fe musulmana que se concentra en Rajine. Son más de un millón de personas, pero el Gobierno birmano no les reconoce como ciudadanos porque considera que son descendientes de inmigrantes ilegales procedentes de Bangladesh.